El verano empezó con muchas dudas y en julio la 5ª ola ha trastocado todo. Sin embargo, el aeropuerto ha crecido en operaciones y pasajeros.

—Había cierta incertidumbre, no se sabía cómo iba a funcionar el sector turístico y, por extensión, los aeropuertos. Al final, todo está yendo razonablemente bien.

Los cien vuelos diarios de media, ¿están consolidados?

—Sí, ya superamos la cifra cada día, el viernes hubo 104 operaciones, el sábado, 101, para el domingo 107 y el lunes alcanzaremos los 114. Así, tenemos un porcentaje de recuperación aproximado del 50%. Espero poder mantener esta línea y que no demos pasos hacia atrás.

¿Qué espera en agosto y setiembre?

—Este mes seguirá el crecimiento, no tan acusado como junio y julio, y la tendencia se mantendrá en setiembre y hasta mediados de octubre.

¿Tan prolongado será el efecto?

—La pandemia está suponiendo que se alarguen las vacaciones. Por precaución y por la vacunación mucha gente no las están cogiendo y lo dejan para en setiembre y octubre.

Se quieren vacaciones y volar.

—Estamos todos con muchas ganas de viajar, ver a familiares e incluso, a nivel laboral, volver a tener reuniones que no hemos podido hacer. Se ve alegría en los pasajeros.

Pero también incertidumbre. El escenario todavía es borroso.

—Desde luego, para muchos es su primer vuelo después de la pandemia y tienen miedo de cómo será el aeropuerto, la medidas de seguridad anticovid, el vuelo en sí...

Las aerolíneas han echado el resto.

—Han apostado por retornar rutas y frecuencias lo antes posible y las primeras si se han recuperado muy bien, con respecto a 2019 teníamos 19 rutas a nivel estatal y ahora son 22.

Donde hay recorrido aún es con las conexiones internacionales.

—Hay bastantes pero no son todas. El avance es más lento, aunque cada mes se recupera alguna. Estamos a un muy buen nivel de conectividad. Se nota que el sector está vivo.

Son vuelos a los grandes aeropuertos europeos. ¿Y las conexiones con ciudades medias que ofertaban las aerolíneas 'low cost'? Hasta el verano próximo no volverán, ¿no?

—Coincido, aunque hemos recuperado en julio Venecia con Volotea.

Y el vuelo a Tanger, totalmente inédito, ¿tiene demanda?

—Está funcionando bien. Empezó con dudas pero ahora tiene niveles de ocupación muy altos. El cierre de la operación de cruce del estrecho ha influido positivamente.

¿Volverá el viajero de negocios o el teletrabajo lo ha herido de muerte?

No, se recupera pero más lentamente. Ciertas reuniones se mantendrán en virtual pero otras importantes se recuperarán, aunque no sé si a los niveles de antes de la pandemia.

¿Esta puede ser una razón por la que Bilbao crece pero menos que aeropuertos similares en el Estado?

—Influye, claro, y comparado con Valencia, Sevilla, Ibiza o Menorca, no somos un aeropuerto tan estacional y vacacional. Andamos en un 5% menos en operaciones y pasaje que ellos. Pero la tendencia de crecimiento es casi idéntica.

La ruta a Madrid seguirá monopolizada por Iberia y Air Europa, que están en proceso de fusión.

—Es de las que mejor funciona. Los aviones van llenos. Hay que trabajar con las compañías para aumentar frecuencias y tengan horarios mejores.

Pero siguen siendo billetes caros.

—Es la oferta y la demanda, si hay muchos viajeros suben los precios.

¿Sería bueno que entre una compañía 'low cost' para bajar las tarifas? Suena mucho Volotea.

—Es una ruta atractiva para ellos porque entra dentro de su filosofía y si baja los precios, la competencia tendrá que hacerlo.

¿Se posicionará entonces Volotea?

—Es posible.

El pasaporte verde, ¿cómo influye en la movilidad aérea?

—Es un valor añadido. Uno de los conceptos que influye en esa movilidad es la incertidumbre que hay entre los distintos países en las medidas de control de la pandemia y las restricciones a aplicar. Tener algo que uniforme toda esa legislación posibilita que se pueda viajar con mayor facilidad. Da certidumbre y hacen más fácil los viajes.

¿Es estricto su control en Bilbao?

—Se pide en todos los viajes internacionales que despegan y también a la llegada de los viajeros que aterrizan.

La clínica que hace PCR casi siempre tiene colas de viajeros.

—Están dando cada vez más citas y van a ampliar espacio y el horario de atención en unos días.

El covid obliga a facturar las maletas, incluso las de cabina, con lo que las colas en Salidas y para recogerlas son enormes. ¿Le preocupa?

—Permanentemente estamos en contacto con las compañías y los agentes de asistencia en tierra. Todas las semanas tenemos reuniones de análisis. El proceso de las colas debe ser fluido tanto en Salidas como en Llegadas, es fundamental.

A algunos pasajeros les molesta porque otros no respetan las distancias de seguridad.

—Es algo en lo que trabajamos.

¿Cómo van las obras de las dos nuevas salas de embarque en remoto?

—Muy bien, terminaremos para finales de setiembre y en octubre entrarán en servicio casi 1.400 metros cuadrados nuevos con dos puertas de embarque en cada sala.

¿Hacen falta perdiendo viajeros?

—Hacen falta porque va a ser más cómodo para el pasajero, van a contar con más espacio y la situación sanitaria también lo exige.

¿Cómo lleva la plantilla estar trabajando en módulos en el exterior?

—Han quedado bastante bien y estamos cómodos. Saben que es algo temporal y que vamos a ir a un edificio técnico donde se van a unificar servicios y oficinas, será más mejor para trabajar. El traslado supondrá liberar mucho espacio dentro de la terminal que hace falta para locales comerciales, espacios para pasajeros, ampliar la sala VIP, almacenaje, sobre todo en la entreplanta. También se colocarán nuevos sistemas de control de llegadas y documentación.

¿Para cuándo ese edificio técnico?

—Está la estructura terminada y la obra sigue en plazo para trasladarnos a finales de 2022 o principios del 2023.

También continúa la ampliación de los aparcamientos.

—Seguimos, es una apuesta de futuro.

Parece que la pandemia, lejos de ser un freno al desarrollo de los planes del aeropuerto, va a venir bien.

—Casi, porque podemos adelantarnos a lo que venga en el futuro. Las inversiones continuarán.

¿Y ampliar la terminal?

—Vamos a seguir trabajando en el proyecto para cuando sea necesario.

El récord de casi seis millones de pasajeros de 2019 tardará en volver.

—Tardaremos, no te sé decir cuándo lo recuperaremos, pero llegaremos. Hay que estar preparados antes de que ocurran las cosas.

Valóreme el grupo de trabajo de las instituciones locales en el que trabaja Aena para posicionar el aeropuerto internacionalmente.

—Es de las cosas que más gratamente me ha sorprendido. Ese apoyo institucional y la gran colaboración que existe entre todos es fundamental que todos rememos a la vez para conseguir esos objetivos.

Y aquí los poderes locales no dan dinero para atraer nuevas rutas, como en aeropuertos cercanos.

—El valor añadido que se aporta desde aquí es una buena estrategia, con mucha inteligencia y análisis, es un muy buen trabajo. Bilbao, Bizkaia y Euskadi son muy atractivos y en ese aspecto, sin usar la estrategia de las subvenciones, haber conseguido incluso más rutas que otros aeropuertos, es muy interesante.

¿A dónde mira el nuevo director para conseguir más conexiones?

—Hay muchos destinos en Europa atractivos. El mercado ruso, nuevos ciudades que nos puedan traer un turista de calidad, con valor distinto al de los turistas que van al Levante o las islas. Países eslavos y nórdicos son también muy interesantes.

¿Volverán los vuelos chárter con países como Túnez o Egipto?

—A medio y largo plazo queremos potenciar que vuelvan los chárter, que seamos un aeropuerto atractivos para este tipo de vuelos con servicios completos.

¿El radar aviar va a controlar los buitres y evitar incidentes?

—Estará listo para setiembre u octubre y a partir de noviembre empezaremos a trabajar con ellos.

Es mucho dinero a invertir y hay otros aeropuertos que tienen más incidentes con grandes aves.

—Fíjate, esos aeropuertos, cuando esté implantado el radar aquí, vendrán para ver cómo funciona. Es un proyecto que esta creando entusiasmo en Alicante, Madrid y otros aeropuertos, a los que se puede extender esta iniciativa. Es una actuación muy potente y tiene que redundar en la seguridad aérea de los aviones en Bilbao.

"Espero mantener esta línea de recuperación actual y no dar pasos atrás los próximos meses"

"El pasaporte covid es un valor añadido, da certidumbre y hace más fácil los viajes"