EN el embarcadero de Bilboats las gaviotas graznan saludando la mañana. Pronto lo harán para los residentes en el asilo de las Hermanitas de los Pobres. El barco que les dará una vuelta por la ría hasta Santurtzi les espera y los taxistas que trabajan para Radio Taxi se han ofrecido a llevarlos hasta el muelle. Ya llegan, aunque algunos necesitan ayuda, pues la mayoría tienen problemas de movilidad. De los furgones bajan, entre otros, Matías Olazagarre, José Antonio Etxeberria y Begoña Errecacho, tres personas de Bilbao de las de toda la vida. Lo saben bien. Begoña es del "centro centro", recalca, y no le queda mucha cosa nueva por conocer. Tampoco es la primera vez que sube a un Bilboats. Lleva casi dos años en la residencia y ha decidido hacer la excursión porque le supone un respiro, ya que ha permanecido confinada casi un año y medio por la pandemia.

Todo gracias a la iniciativa solidaria y altruista de Radio Taxi, a la que Iñigo Acereda, del colectivo de taxistas, se ha unido para hacer el recorrido: "Es una actividad lúdica para gente de residencias en la que nos ofrecimos voluntarios para que pudieran salir un poco, porque como la mayoría tiene una movilidad reducida, una vez que llegan a una residencia, salvo para ir a ambulatorios y hospitales, no suelen salir a ver otros lugares. Es un día que a ellos les hace ilusión al poder desconectar del centro". Acereda expresa que no les cuesta nada ayudar a los mayores con tal de que puedan disfrutar de Bilbao, tan solo "un poco de trabajo y voluntad".

Errecacho cree que hacen falta muchas salidas como esta, o incluso realizar encuentros en otros lugares con diferentes personas: "Estás en un sitio muy reducido con personas con las que no te puedes comunicar mucho por diferentes circunstancias, y necesitas estar con otra gente también". Todo ello la enriquece.

LA PRIMERA SALIDA

Begoña Errecacho es la primera vez que hace actividades al aire libre después del confinamiento, aunque en la residencia ya habían realizado alguna fiestita. Desde que les confinaron asegura que se les ha tenido muy en cuenta. "Al principio las visitas estaban muy racionadas. Ahora la situación ha cambiado pero muy lentamente", apunta. Lo que ha supuesto un desahogo para ella, sin duda, es el gran jardín que tiene su residencia por el que podían pasear durante el confinamiento. Ahora mismo se lo da Ibai Eder, el barco pequeño de Bilboats en el que está sentada.

Matías Olazagarre y José Antonio Etxeberria están deseando embarcar. "Me han invitado gracias a los bienhechores", dice Etxeberria. Este tipo de proyectos para gente de su edad le parecen extraordinarios. Pero a lo que más importancia da es al altruismo. Altruismo por parte de los que han llevado a cabo la iniciativa y por parte de las monjas que le cuidan en el asilo. También coincide con Errecacho y opina que se les ha tenido muy en cuenta y les han atendido de maravilla durante el confinamiento: "Hemos recibido el máximo de atenciones". Ahora está un poco más libre y a punto de disfrutar de un paseo por la ría. Él es de Bilbao y ya ha montado en más de una ocasión en el Bilboats, no como Olazagarre, que es su primera vez: "Casi siempre venimos todos, este tipo de actividades están muy bien".

En Bilboats hay dos rutas: Navegando Bilbao y Navegando al Mar. Los ancianos de Hermanitas de los Pobres disfrutaron de la segunda, una ruta de dos horas de duración que partió a las 10.30 horas del muelle Pío Baroja, para llegar hasta Santurtzi y Getxo. La responsable de la oficina de Bilboats, Alicia Álvarez, expresa que a los mayores este itinerario les suele encantar porque "lo que más les gusta es pasar por debajo del Puente Colgante, siempre lo dicen".

Durante la ruta pueden disfrutar de diferentes puntos arquitectónicos que se aprecian desde la ría, como museos o edificios históricos de Bilbao: el Guggenheim, el puente Zubizuri, el Museo Marítimo o La Naval, entre otros. "Resaltamos la historia y los pequeños detalles, podemos destacar, además de la información sobre edificios importantes, una introducción que invita a imaginar el Bilbao del año 1300 de Don Diego López de Haro, anécdotas sobre la grúa Karola o El Tigre y detalles sobre la historia y las actividades en los muelles, astilleros a lo largo de toda la ría... entre otros", destaca Álvarez. Mediante la ruta, añade la responsable de Bilboats, más que conocimientos lo que buscan es aportarles experiencia, ya que es lo que les enriquece: "Les hace ilusión ver su tierra, el Bilbao que han visto desde siempre y en el que han vivido. Ver su ciudad desde otra perspectiva y en grupo les encanta".

Además, añade Acereda, relatan historias de cuando ellos eran jóvenes y van comentando dónde vivían ellos y dónde han nacido".