E gran riqueza geológica y paisajística, Uribe-Kosta alberga algunas de las principales maravillas de Bizkaia, como sus acantilados, los cuales pueblan a sus anchas por gran parte del litoral vizcaino. Getxo da muestra de ello, donde debido a la bravura de las olas del Cantábrico y sus embestidas contra la tierra durante miles de años, los acantilados de Punta Galea son todo un espectáculo, formaciones geológicas de incalculable valor geológico como el flysch. Otro rastro del efecto de mar en la costa vizcaina son las pillow lavas, almohadillas de lava que se encuentran en la playa de Meñakoz, en Barrika. También es digno de descubrir las curiosas formaciones geológicas de la zona, como la denominada Cola del Dragón.

Ambos elementos convierten a esta parte de la costa de Bizkaia en un destino perfecto para amantes de la geografía pero también para los aficionados de deportes acuáticos como el surf, el buceo y el parapente.

Continuando con el municipio de Getxo, la localidad se extiende a lo largo de los barrios de Las Arenas, Romo, Neguri y Algorta.

El primero de ellos, Las Arenas, todavía hoy deja ver el uso de la zona como residencia por parte de las grandes familias de la burguesía bilbaina durante décadas con construcciones señoriales como el palacio de Arriluze o las grandes casas de Neguri que recuerdan el esplendor económico de otras épocas.

Estos majestuosos edificios se intercalan con la imagen que ofrece el puerto deportivo y contrastan a su vez con la que ofrece el puerto pesquero de Algorta, un entorno de cuento que todavía hoy sigue emanando pura esencia marinera.

Sus pequeñas casas blancas apiñadas en callejuelas empinadas en las que sobreviven bares de toda la vida con sabor marinero son punto de encuentro de los vecinos de la zona.

El molino de Aixerrota o el Fuerte de la Galea, del siglo XVIII, que sirvió como punto defensivo ante los ataques de corsarios y también como cinturón defensivo de Bilbao durante la Guerra Civil son otros puntos de interés de Getxo. Sin olvidar, la intensa actividad cultural que desarrolla.

Sopela es el siguiente municipio, donde resaltan principalmente sus tres hermosas playas; Atxabiribil, Larrabasterra y La Salvaje, esta última muy apreciada por los surfistas y del parapente.

Una vez alcanzada la desembocadura del río Buitrón, el recorrido nos lleva hasta dos localidades puramente turísticas, Plentzia y Gorliz.

Plentzia, presidida por la silueta de la iglesia gótica de Santa María Magdalena, sigue siendo un pueblo pesquero con mucho encanto.

Su vecina población, Gorliz, con la que comparte la misma bahía, cuenta con una extensa playa. Al fondo de ella, en la zona de Astondoa, se puede disfrutar de un paseo con animados restaurantes y merenderos, así como de la contemplación de un peculiar fenómeno geológico; las dunas petrificadas.

El trayecto puede continuar hasta alcanzar el faro de Cabo Villano y bajando algunos metros hacia el mar todavía hoy podemos encontrar búnkeres y baterías de la Guerra Civil en el monte Ermua.