El domingo publicaron una carta de agradecimiento por las muestras de apoyo que recibieron tras la muerte de la enfermera del hospital de Galdakao.

—Queríamos agradecer los cientos de cartas, correos electrónicos y comentarios reconociendo el trabajo de los profesionales de nuestra organización. Ha sido un palo muy duro, pero nos ha dado un baño de realidad. Era algo completamente inesperado porque en el fragor del trabajo no percibes que esto pueda pasar. Y es un gran golpe, al igual que lo son todas las personas que están falleciendo porque detrás de cada estadística y cada muerte hay una tragedia.

¿Cómo está el ánimo del personal?

—Es increíble cómo se está comprometiendo. Hay un gran número de sanitarios que se ofrecen, que están dando un paso al frente, para reforzar y cubrir los puestos más complicados. Esos puestos de primera línea, tanto en la urgencia como en la hospitalización y los críticos, son los más duros, con un riesgo adicional y tensionan mucho.

Lo están dando todo para contener el virus.

—Hay que hacer todo lo posible para que el sistema sanitario aguante este envite. Estamos ante un tsunami y los sanitarios son la primera barrera que tenemos para hacerle frente. Son vitales todos y cada uno de los profesionales. Ellos no solo luchan contra el covid-19, sino que sacan adelante cualquier otro problema, como un infarto o un accidente.

¿Cómo vive el hospital una situación tan complicada?

—Ya teníamos un plan de contingencia que hemos ido adaptando. Disponíamos de medidas organizativas como potenciar ciertos espacios y recursos para hacer frente a esta necesidad. Por eso se ha aplazado todo aquello demorable, tanto en consultas como en quirófanos, y se han definido unas unidades específicas para los pacientes con coronavirus. Y sobre todo hemos reorganizado los recursos humanos. Enfermeras que igual antes trabajaban en consultas y ahora están en hospitalización. Y todo eso con mucha agilidad para que no nos colapse.

Tienen ustedes 132 personas ingresadas con coronavirus; 121 en planta y once en la UCI. ¿Es una cantidad asumible?

—Bueno, seguro que hoy (por ayer) todavía serán más. Hasta este momento lo tenemos bien controlado, pero las cifras van a ir en aumento. Por eso hemos ido habilitando las distintas plantas, para poder acoger a más pacientes. Y hemos tenido que readaptar espacios para que esto no sea un caos como sucede en algunos lugares.

Tienen el reto de atender a municipios con una cifra importante de positivos, 123 solo en Basauri.

—Sí, en Basauri ha habido un foco importante que se ha transmitido mucho y muchos de los pacientes ingresados son de esa localidad.

¿Están recibiendo más material de protección y más respiradores, que era la gran demanda?

—Ha habido un hiperconsumo de una serie de materiales y ha existido dificultades en algún momento sobre todo de mascarillas y cierto tipo de EPI. Pero en los últimos días el aprovisionamiento por parte de Osakidetza es importante. Lo más increíble es el número de donaciones de particulares que tenemos. Donaciones de mascarillas de clínicas, por ejemplo de odontología; donaciones de empresas que trabajan con otro tipo de gafas o de protectores. Un movimiento de solidaridad precioso para reconocer el trabajo del personal sanitario.

Han sido habilitadas camas en el colegio Gandasegi, de Galdakao, para aliviar la situación. ¿Son necesarias?

—Es una iniciativa del Ayuntamiento de Galdakao. Nosotros no estábamos informados ni habíamos hecho ninguna petición, aunque es una medida que quizá en algún momento pueda ser utilizable.