La vida cultural de Berango ha tenido durante más de medio siglo, se dice pronto, en Iñaki González a uno de sus máximos exponentes. Gracias a su labor al frente del grupo más internacional del municipio, Otxandategi Taldea, ha llevado la cultura vasca y el nombre de Berango por medio mundo a través de centenares de actuaciones. Una amplia trayectoria que el Ayuntamiento de Berango quiere agradecer y para ello ha organizado este próximo domingo un reconocimiento en el frontón municipal. Un evento donde contará con el cariño de los componentes del grupo, familiares y representantes municipales. Se proyectarán emotivos vídeos y el propio grupo actuará en su honor, entre otras muchas sorpresas.

A lo largo de su trayectoria, Iñaki siempre se ha mostrado orgulloso de sus raíces. Natural del caserío Berangotxu, donde residía la familia de su ama, antes de dedicarse en exclusiva a la música y a la actividad cultural disfrutó de algunas de sus aficiones, como son el fútbol y el ciclismo. A los 17 años militó en el Arenas juvenil y se enfrentó a las leyendas de la época. Fuera de los terrenos de juego, además de ingresar en el grupo cultural, comenzó a labrarse su futuro en Mecánica La Peña, donde llegó a ocupar puestos de responsabilidad. Tras el cierre de la empresa, fundó su propia compañía de ingeniería que, posteriormente, vendió a comienzos de la crisis. Una firma que llegó a desarrollar proyectos de alta tecnología industrial como en aquellos tiempos eran las plantas de ciclo combinado o las desaladoras de agua, y que le llevó a viajar por medio mundo.

Actualmente, colabora con la Asociación Parkinson de Bizkaia (Asparbi) en cuya sede de San Ignacio da clases de musicoterapia. “El trabajo, el esfuerzo, la disciplina y la colaboración de los pacientes nos ha llevado a montar una coral con la que hemos realizado diversas actuaciones, las más destacadas en los congresos de Asparbi en el Teatro Campos o en el Euskalduna. En la musicoterapia no existen las buenas o malas técnicas de música, lo que importa es el potencial expresivo”, señala.

A lo largo de todos estos años al frente de Otxandategi ha vivido experiencias inolvidables. Sin embargo, hay una que se le quedó grabada en el corazón. Se trata del proyecto Abby Potxola, un disco inspirado en una niña senegalesa que padecía una enfermedad de riñón y que falleció poco antes de llegar a Euskadi para ser tratada. “Desgraciadamente falleció unas semanas antes de llegar, con pasajes de avión y consultas médicas ya reservadas..., el llanto y las lágrimas brotaron de mi alma por esta pérdida irreparable. La muerte de Abby nos llevó a estrechar más aún los lazos que nos unían con el ballet Jammu de Senegal”, explica.

Por otro lado, también se muestra orgulloso de haber colaborado en labores altruistas a beneficio del pueblo como “la reconstrucción de la iglesia, realizando dos festivales para recaudar fondos, que permitieron arreglar el reloj, reparar el pararrayos, comprar bancos para los asistentes a funciones religiosas, etc.”. Además, su labor siempre ha estado diversificada en todas las disciplinas musicales: dantzak, joaldunak, abestaldea... Para dejar constancia de la trayectoria del grupo, impulsó la edición de un libro Berango 75 urtez dantzan. “Durante estos 50 años he conocido a más de 500 personas que han pasado por Otxandategi Taldea”, destaca un Iñaki que ha cedido la batuta del grupo, pero que, sin duda, forma parte de su exitosa historia.

“La muerte de la pequeña Abby me llegó al alma, fue una pérdida irreparable”

“Durante estos 50 años he conocido a más de 500 personas”

Iñaki González

Otxandategi Taldea