Bilbao - Bizkaia ha tratado de forma terrestre más de 2.100 hectáreas de pinares afectados por la banda marrón, que este año ha presentado una evolución más positiva, ya que el hongo no se ha extendido con tanta virulencia como lo hizo en el ejercicio anterior. Sin embargo, la Asociación de Forestalistas de Bizkaia sigue insistiendo en la necesidad de continuar con el tratamiento y seguimiento de esta enfermedad, que llegó a alcanzar las 95.000 hectáreas, en mayor o menor grado, en la CAV. “La afección ha sido menor pero tenemos que seguir alerta porque el hongo está ahí. Ante esta amenaza debería haber tratamientos preventivos periódicos, como se hace en otros países”, aboga el gerente de la Asociación de Forestalistas de Bizkaia, Edu Rodríguez.

Entre el 1 de abril y el 29 de julio, en Bizkaia fueron tratadas de forma terrestre 2.133 hectáreas, 1.533 de ellas de titularidad privada -595 de ellas bajo la coordinación de la asociación y las 938 restantes de mano de los mismos propietarios- y 600 de titularidad pública, con medios de la Diputación. Según explicó Rodríguez, fueron unas operaciones “de una gran complejidad”, debido a la orografía propia de los montes de Bizkaia, ya que la mayoría son parcelas de pequeño tamaño. Por ello, insiste en la mayor eficacia del tratamiento aéreo, tal y como en un principio solicitaron al Ministerio las instituciones vascas, que finalmente solo autorizó el terrestre llevado a cabo. “El aéreo es el tratamiento más eficaz y mejor en todos los aspectos, en afección al medio y en aprovechamiento al máximo del producto”, destacó el gerente. La aplicación de óxido cuproso se ha repartido de forma generalizada por todo el territorio, con mayor incidencia en Durangaldea, Lea Artibai y Arratia, mientras en Enkarterri, al haber menos superficie afectada, su uso fue menor.

La evolución de la enfermedad en el territorio ha sido este año positiva y la situación de los pinares es “notablemente mejor, con una afección menor”, ya que el hongo no ha proliferado de forma tan virulenta. “Lo que mueve al hongo es el calor y la humedad. Y este año el invierno y la primavera han sido más secos, y el verano con menos humedad relativa”, explica el gerente de la entidad.

Por otra parte, la Diputación ha reforzado también este año sus ayudas al sector forestal, hasta los 5,4 millones de euros, para paliar el impacto de esta enfermedad entre los propietarios de masas de coníferas. “Muchos propietarios han tenido que talar de forma prematura pinares inmaduros, con la consecuente pérdida de rendimiento y patrimonio”, destaca Rodríguez.