Descubrimiento, innovación, impacto, inclusión, trabajo en equipo y diversión. Estas son las bases que caracterizan la First Lego League y que también son los principios que vertebran las ideas de Women’s Space Technology Agency (WSTA). Este grupo, formado por diez estudiantes del Colegio El Regato es uno de los grandes exponentes estatales de esta competición y gracias a su buen hacer se han hecho un hueco en la FLL Open International Lebanon que se ha celebrado desde el viernes y hasta hoy en el país asiático.

Para ellas, este es el último paso de un proyecto que han desarrollado a lo largo de todo el año, un “premio al trabajo realizado estos meses”, según Garikoitz Álvarez, uno de los dos profesores que han tutelado todos sus avances. Junto a él, Txetxu Guarrotxena se ha encargado de dirigir a diez alumnas que forman parte del primer curso de Bachillerato tecnológico del centro vizcaino: Irati Larrea, Nagore Vidales, Maider Lozano, Candela de los Santos, Irati Álvarez, Itsasne Presumido, Jone García, Irantzu Zabala, Teresa Etxebarria y Jasone Román.

En esta ocasión, la dirección de la First Lego League ha centrado el proyecto principal de todos sus equipos participantes en la solución de posibles problemas que ocurren durante las estancias humanas en el espacio. Sin embargo, para poder superar las distintas fases de esta competición -autonómicas, estatales e internacionales-, se deben cubrir también otros dos flancos. Por un lado, el juego del robot, programando un prototipo que toma como base un Lego Mindstorm y debe ser capaz de superar diversas pruebas en un tiempo máximo de 2:30. Por otro, todo el trabajo realizado por cada uno de los grupos está obligado a cumplir los cinco valores que cimentan la FLL, un apartado que nuestras protagonistas han explicado mediante un teatro negro.

WSTA decidió desde un primer momento que todo su trabajo tuviera relación con un electrotraje que fuera capaz de estimular los músculos de los astronautas a lo largo de sus largas estancias fuera del globo terráqueo. Siguieron así la idea planteada por Jone García, quien afirma que su madre fue una parte fundamental para decidir cuál sería la base de su solución al problema planteado. Con la ayuda una quincena de empresas han ido perfeccionando su novedosa propuesta, que ha tenido una buena recepción y “podría ser viable después de los cambios necesarios”, tal y como relata Teresa Etxebarria.

Gracias a un trabajo que califican, como lo mejor de esta experiencia, consiguieron el primer puesto en la FLL Euskadi, lo que les sirvió para participar en la final estatal de Tenerife. En relación a esta primera incursión en tierras lejanas, no dudan a la hora de afirmar que “conocer a gente con los mismos sueños e inquietudes” prevalece sobre su Premio a la Investigación Científica. Un año más, este galardón ha sido un billete directo a la FLL Open International Lebanon, donde llegarán sin ningún tipo de presión y con la única intención de “disfrutar tras muchas horas de trabajo” donde han tenido que lidiar con opiniones dispares y problemas técnicos.

Una lucha por la igualdad El nombre del grupo del Colegio El Regato es en sí mismo una declaración de intenciones, pues incluye en un lugar preferente su carácter femenino. En un sector tan poco igualitario como es la tecnología y la investigación -donde la mayoría de las plantillas están conformadas por hombres-, estos brotes verdes deja. Su futuro universitario separará los caminos de estas diez chicas en un futuro cercano, pero el primer paso ya lo habrán dado. Por ello, uno de sus lemas parafrasea a Neil Armstrong, aunque incluye un pequeño matiz: “Este es un pequeño paso para la mujer, un gran salto para la humanidad”.