Bilbao - La resaca de la jornada electoral del pasado domingo deja sobre la mesa un amplio abanico de posibles pactos para otorgar a las ayuntamientos de los municipios vizcainos la estabilidad necesaria para que el mandado 2019-2023 transcurra sin sobresaltos. Son muchas las candidaturas que tendrán que llegar a acuerdos, bien de legislatura bien puntuales, para poder gobernar sus municipios. Sin embargo, algunos municipios, hasta 62 -algo más de la mitad de los 112 que conforman el territorio-, no tendrán que enfrentarse a ese trance, ya que las mayorías absolutas que alcanzaron las listas más votadas en las urnas el domingo pasado les garantizan la gobernabilidad, sin estar condicionados por posibles bloqueos por parte de la oposición. De ellos, 37 pertenecen al PNV, 18 a EH Bildu y siete a listas independientes. El PSE no alcanzó esa mitad más uno de los votos en ninguno de los dos municipios -Ermua y Portugalete- en los que fue el partido vencedor.

La primera lectura que se puede extraer de estos datos es que en estas elecciones se ha producido una mayor fragmentación del voto. Y es que, hace cuatro años, en las elecciones municipales de mayo de 2015, hasta en ochenta localidades los partidos que ganaron en las urnas lo hicieron por mayoría absoluta. Ahora, esa cifra se ha reducido a 62, apenas el 55% de los municipios del territorio. Es decir, los votos han estado más repartidos entre diferentes siglas en cada ayuntamiento, en lugar de aglutinarse únicamente en torno a una.

Son los únicos 62 ayuntamientos en los que está claro qué partido gobernarán los próximos cuatro años, al no depender del resto de formaciones para aprobar cuestiones tan importantes como los presupuestos y porque esa mayoría absoluta impide que otras formaciones se unan para desbancar a la lista más votada. En la mayoría de los casos, se trata de municipios pequeños -más de la mitad de los vizcainos tiene menos de 2.000 habitantes-, en los que solo dos partidos han conseguido representación con lo que, como el número de concejales siempre es impar, uno de ellos obtiene esa mayoría absoluta de forma automática, en muchos casos por apenas un puñado de votos. Por ejemplo, en localidades como Arantzazu, Arrankudiaga, Arrieta, Artzentales, Ea, Elantxobe, Errigoiti, Etxebarria, Forua, Galdames, Garai, Ispaster, Kortezubi, Mañaria, Maruri-Jatabe, Mendexa, Morga, Munitibar-Gerrikaitz, Murueta o Nabarniz, el partido más votado podrá gobernar con holgura con cuatro concejales, mientras que el único partido de la oposición tiene tres.

En otros casos, la diferencia es más abultada: en Gernika el PNV tiene diez ediles, frente a los siete de EH Bildu, mientras que en ayuntamientos como Bedia, Mallabia, Mundaka y Gordexola la representación que han conseguido los jeltzales duplica el de la segunda fuerza política, en una proporción de seis a tres. También hay excepciones en localidades de tamaño medio, en los que la lista más votada, en este caso el PNV, tiene más del doble de concejales del siguiente partido en número de votos.

El PNV, en siete municipios más Dejando a un lado mayorías absolutas, el PNV es el partido que más ayuntamientos logró en las últimas elecciones, al menos en número de votos. Otra cosa son los acuerdos para desbancar a la lista más apoyada por la ciudadanía en las urnas. Los vizcainos mostraron su apoyo mayoritario a la formación jeltzale en 72 municipios -cuando en esta última legislatura ha gobernado en 65-, frente a los treinta en los que ha logrado imponerse EH Bildu -cuando ostentaba la Alcaldía de 32-, los ocho de formaciones independientes -tenían en sus manos trece- y los dos únicos consistorios que todavía lograr mantener el PSE.

Estas cifras muestran que, en términos globales, 16 municipios han cambiado de color tras las elecciones del pasado domingo. Si se mantiene la Alcaldía en manos de la lista más votada, el PNV gobernaría en siete municipios más -ha perdido cuatro pero ha recuperado once localidades- y EH Bildu ha salido de dos, tras dejar la makila de mando en cinco y conquistarla en tres. Los partidos independientes, por su parte, pese a alzarse como lista más votada en Balmaseda, antes en manos del PNV, se han dejado por el camino hasta seis ayuntamientos.

Entre las tres formaciones se han producido los principales cruces: el PNV ha arrebatado plazas significativas tanto a la coalición abertzale -Bermeo o Plentzia- como a los partidos independientes -es el caso de Zalla-, pero también Artea, Atxondo, Garai, Lanestosa, Markina, Murueta, Sopuerta o Zaratamo. Por su parte, los grupos independientes han perdido la Alcaldía de Garai, Murueta, Sopuerta, Zalla o Zaratamo, ahora en manos del PNV, y han ganado solo la de Balmaseda.