Bilbao - Si una tarta hay que repartirla entre más personas, por lógica, a cada comensal le tocará menos trozo. Con el espacio público destinado para las terrazas en Bilbao sucede algo parecido. O por lo menos eso es lo que denuncian algunos hosteleros de la villa. “Estamos todos demasiados juntos. A algunos nos han quitado mesas en las terrazas, pero otros ponen más de las que pueden y no pasa nada”, denuncia la dueña de un bar de la Plaza Nueva. El espacio es el que es y en pocos años la instalación de veladores ha crecido hasta llegar a las 1.400 terrazas en los diferentes barrios de la ciudad; solo en el Casco Viejo hay 130.

El Ayuntamiento de Bilbao conoce esta realidad y ya está tomando cartas en el asunto. Tal y como ya adelantó DEIA esta semana, los responsables municipales tienen previsto ser más estrictos con quien no cumpla con las normas. En concreto, el Área de Planificación Urbana del Consistorio bilbaino está elaborando un plan director de terrazas que ponga “cierto orden” en los veladores que existen en la ciudad. Entre las decisiones a tomar, anunció su intención de retirar el permiso de terraza a aquellos hosteleros que incumplan repetidamente las normas.

“Tenemos inspectores que van por zonas. A veces se cumplen las normas, pero también tenemos identificados a los que tratan mal a los inspectores, y vuelven a incumplirlas una vez que éstos se han ido”, explicó a este periódico el concejal responsable de Planificación Urbana, Ricardo Barkala.

Por su parte, los hosteleros creen que todas las medidas que se tomen para controlar la situación serán “positivas”. “Si dejas que cada uno haga lo que le venga en gana esto terminará siendo la guerra”, reconocen. En este sentido, los hosteleros de la villa llevan tiempo denunciando que la proliferación de bares, principalmente en zonas como la Plaza Nueva o las calles Jardines, Ledesma, García Ribero y Licenciado Poza, les ha restado espacio para colocar sus veladores. “Yo he llegado a tener 17 mesas, ahora tengo nueve. Si hay más bares y el mismo espacio hay que repartirlo; no hay otra”, relata otra hostelera de toda la vida de la Plaza Nueva. Sin embargo, los profesionales del sector consultados por este periódico aseguran que, pese a las normas implantadas por el Ayuntamiento de Bilbao, siempre hay quien se las salta. “Hay hosteleros que ponen más mesas de las que les corresponden”, explica el propietario de un local ubicado en Licenciado Poza. Y prosigue: “No es justo. Al final terminan perjudicando a todo el colectivo”.

Inspecciones más frecuentes Ante esta realidad desde el Consistorio bilbaino creen fundamental realizar una reordenación de las terrazas. Una idea que, en general, ha sido recibida por el sector de manera satisfactoria. “Lo que no se puede dejar es que haya gente que haga lo que le venga en gana”, apunta el responsable de otro establecimiento ubicado en la Plaza Nueva. En su opinión, los inspectores deberían pasar más a menudo. “Hay quien tiene que tener diez mesas y coloca catorce aun sabiendo que no puede”, aseguran.

Lo mismo sucede con elementos como barriles, que a pesar de que el Consistorio también marca una limitación, hay quien los coloca sin importarle las represalias. “Si la multa fuera gorda se cuidarían mucho en no saltarse las normas y en respetar el número de mesas que se colocan. Yo también pondría más, pero me han limitado a nueve”, asegura la responsable de un establecimiento del Casco Viejo.

En este sentido, el propio Barkala enumeraba recientemente cuáles son los incumplimientos más frecuentes. “El horario establecido de los veladores, utilizan más sillas o mesas que las permitidas, añaden elementos no autorizados como mesitas, barriles, estufas... No se colocan dispositivos de delimitación de la terraza y el hostelero en muchas ocasiones no se responsabiliza ni de la colocación ni de la limpieza de los elementos de la terraza”. Ante esta realidad que pese a las normas se repiten principalmente en aquellas zonas saturadas de bares, los propios hosteleros comparten con el Ayuntamiento la necesidad “poner freno” y de “controlarlo”. “Si al final cada uno hacemos lo que nos da la gana esto se terminaría convirtiendo en una guerra”, dice Jon, camarero de otro local de la plaza Unamuno. Según explican los propios hosteleros, el incumplimiento constante de las normas en cuenta a colocación de terraza no beneficia a nadie, tampoco al que cumple con las normas. “Además de que se te queda cara de tonta, si el de al lado no respeta nada al final, las normas que se fijen desde el Ayuntamiento van a ser para todos por igual. Fue lo que sucedió cuando los hosteleros abusaban en la colocación de elementos que dificultaban el tránsito de vecinos por los soportales de la Plaza Nueva”. Aunque la mayoría de los hosteleros ven positiva la decisión del Consistorio bilbaino, hay quien piensa que sancionar con la retirada del velador es una medida demasiado estricta. “Al final nos ponen pegas por todo. El Ayuntamiento ha dejado que se abran un montón de bares con sus correspondientes terrazas, sin ningún control y, ahora, que el problema se ha ido de las manos lo quieren frenar. El problema no está en que un hostelero coloque alguna mesa más, sino que no hay espacio para todo”.

Sin embargo, hay hosteleros que van más allá. “Todos debemos poner un granito de arena para garantizar la convivencia”. En este sentido, según un veterano hostelero del Casco Viejo, es primordial conocer cuál es el espacio que nos corresponde delante del local y en base a eso la organización de ese espacio dependerá de cada hostelero.