El alcalde de Otxandio pide una reunión con la Ertzaintza por la oleada de robos
Los ladrones han entrado en comercios y bares y en algunos han reincidido hasta en cinco ocasiones
Otxandio - El alcalde de Otxandio, Urtzi Armendariz, ha decidido tomar cartas en el asunto después de la última oleada de robos que están sufriendo los comercios de su localidad. Tal es su hartazgo, que el regidor ha convocado una reunión entre los vecinos afectados y la Ertzaintza. “Todavía no hay fecha, pero quiero que sea cuanto antes. Necesitamos que se tomen cartas en el asunto y se dé una solución a este tema que estamos sufriendo desde hace meses”, explica el primer edil.
Lo cierto es que desde hace un año, los vecinos de Otxandio observan impotentes los robos que casi todas las semanas sufren, sobre todo bares y tiendas de la localidad. Los últimos asaltos tuvieron lugar el pasado viernes, aunque durante estos meses todos los establecimientos hosteleros han sufrido más de un robo, incluso alguno de ellos hasta cinco. En el municipio no se habla de otra cosa. Los otxandioarras no entienden que pasen los días y todavía no haya ninguna respuesta, ni alguna pista sobre los ladrones. “Todos sabemos su modus operandi y no entendemos que en un año no se haya podido dar caza a nadie”, se lamentan.
Durante este año han sido muchas las personas que han visto cómo han sido reventadas las ventanas y puertas de sus establecimientos. Javi regenta desde hace años el bar Danoena, una taberna que ha sufrido tres robos -el último el pasado viernes- y otros dos intentos, aunque los ladrones no consiguieron entrar. “Me han entrado varias veces, reventando las ventanas. La primera vez se llevaron 7.000 euros, entre los 4.000 que guardaba en la caja fuerte y lo de las máquinas de tabaco y las tragaperras”, explicaba ayer a DEIA. “He vuelto a denunciar el último robo ocurrido el viernes y los agentes me dijeron que tarde o temprano caerán”, añade.
Esperanza Los vecinos de Otxandio se encuentran resignados ante la falta los acontecimientos, sobre todo después de conocer que los asaltantes campan a sus anchas por Otxandio. “Sabemos que son dos o tres, roban lo que quieren y después se van a una finca cercana, allí toman café o un vino y después de repartirse el dinero se marchan”, explican los vecinos. “¿Tan difícil es controlar a unos vándalos en un pueblo como este de 1.200 habitantes? Si hubiera sido Durango estaría solucionado”, se lamentan.
De momento, los otxandioarras esperan con cierta esperanza la reunión con los responsables de la Ertzaintza, de la que puede salir alguna solución. “No tenemos ni idea de quiénes pueden ser, pero incluso sospechamos que alguno de ellos sea del pueblo porque conoce bien los sitios donde se roba. En una ocasión, lo primero que hicieron fue romper el cuadro de la alarma del bar que está en un sitio escondido y que pocos conocen, por lo que hace sospechar que tienen cierta información y que no van a ciegas”, añadieron.
Pero no solo Otxandio ha sufrido las garras de los cacos. A pocos kilómetros, en Urkiola, hace unos días algún desconocido robó el cerdo que acompaña a la figura de San Antón Abad. Esta figura, tratándose del protector de animales, tenía a su vera un pájaro y un cerdo, y este último desapareció de la sacristía hace unos días, tal y como constataron ayer en el santuario.
“Hace unos años también desapareció y al de unos días lo dejaron en la puerta de la iglesia. Esperemos que en esta ocasión vuelva a aparecer”, explicó ayer el sacerdote de Urkiola, Joseba Legarza.
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