Abadiño - En unas semanas, según previsiones de la Diputación Foral de Bizkaia, la autovía Gerediaga-Elorrio será una realidad. La nueva infraestructura, que será completamente gratuita, supondrá un importante alivio de tráfico y ruido para los cascos urbanos de los municipios de la zona. “Conseguimos descongestionar la N-636, que atraviesa las localidades de Abadiño, Atxondo y Elorrio, desviando 12.200 vehículos diarios, de los que 1.800 son camiones, por este nuevo vial que será muy importante para Bizkaia y, sobre todo, para Durangaldea”, explicó el diputado general, Una Rementeria, en la visita guiada realizada ayer, que contó también con la participación del diputado de Desarrollo Económico y Territorial, Imanol Pradales, y el director de Infraestructuras y Desarrollo Territorial, Jon Larrea.
La nueva autovía une la autopista AP-8 con el enlace de Gerediaga, en Abadiño, y finaliza en la zona oeste de Elorrio, donde, mediante una nueva conexión, conecta con la BI-632 y da continuidad a la variante del municipio. Además enlaza con la actual N-636 en Muntsaratz, permitiendo el acceso al nuevo corredor desde Abadiño y Atxondo. Todo esto dotará a Durangaldea de “una vía de comunicación de alta capacidad, calidad y seguridad, mejorará la movilidad ciudadana y contribuirá a impulsar la competitividad, actividad económica y generación de empleo de las empresas de la zona”, puntualizo Rementeria, quien añadió que “la autovía es un reflejo de que apostamos por la comarca de Durangaldea y estará finalizada a lo largo de este verano con todas las garantías de seguridad que se requieren”.
El corredor tiene una longitud de 6,4 kilómetros, con sendas calzadas, cada una con dos carriles de 3,50 metros y arcenes de 1 y 2,50 metros de anchura respectivamente. Para salvar la orografía que encuentra a su paso se ha creado un túnel de casi dos kilómetros de longitud y dos falsos túneles, así como once viaductos que suman 36.000 metros cuadrados de tableros, además de un paso superior y dos pasos inferiores. “La magnitud de esta obra se evidencia en que se han excavado 2,4 millones de metros cúbicos, de los que se han vuelto a utilizar 1,2 millones de metros cúbicos y el resto se ha llevado a los tres depósitos de sobrantes asociados a las bocas de los túneles”, apuntaron fuentes forales.
A lo largo del trazado de la autovía se pueden distinguir tres tramos con diferentes tipologías constructivas. El primero corresponde a enlace de Gerediaga, que supone la conexión con la autopista AP-8 y se ha materializado con viaductos para sortear las infraestructuras, instalaciones, empresas y servicios ya existentes. Se trata de tres puentes mixtos con una superficie de 19.000 metros cuadrados y una longitud de 1,7 kilómetros, que se levantan sobre pilas de hormigón macizas.
Máxima seguridad El segundo de los tramos corresponde al túnel de Gaztelua, que, con cerca de dos kilómetros de longitud, se compone de dos túneles en mina separados por un falso túnel (216 metros). Asimismo, cuenta con dos galerías para vehículos, siete galerías peatonales y dos apartaderos en cada túnel. En lo que a la seguridad se refiere, se han instalado diferentes equipaciones de detección, protección y comunicación perfectamente coordinadas desde el edificio de control, situado en el peaje de Gerediaga. Así, se han instalado en el túnel 48 ventiladores, 42 cámaras fijas, 20 sensores de CO2 y NO2, doce paneles de señalización y 358 proyectores de led, entre otros. “Estamos hablando de un túnel que está a la vanguardia de la seguridad europea. En junio realizaremos un simulacro de incendio para testar las medidas instaladas”, apuntó Miguel Gil, jefe de Obras de la Diputación.
El tercer tramo construido responde al enlace de Muntsaratz, que permite conectar la nueva autovía con la N-636 existente. Se dispone un nudo de tres niveles, con cinco estructuras que soportan el tronco y los carriles de incorporación y salvan los encauzamientos del Urti y del Ibaizabal. El trazado prosigue casi dos kilómetros en prolongación casi recta mediante calzadas separadas a media ladera, para adaptarse de forma más eficiente a la orografía y a las condiciones de terreno a través de pasos inferiores y superiores, como el falso túnel de Atxondo (de 95 metros de longitud), que dan continuidad a los caminos vecinales. En este sentido, para encajar la autovía entre el río y la montaña se han instalado muros de variada tipología. También la zona cuenta con pantallas acústicas para reducir el ruido del tráfico. “Hay que mencionar que se ha restituido la vía verde existente, con un nuevo recorrido allá donde la nueva autovía lo hacía preciso, manteniendo el itinerario peatonal siempre abierto para uso público”, puntualizaron responsables de la obra.
El enlace de Elorrio une la nueva autovía con la entrada oeste del municipio en dos niveles, y a su vez, permite dar continuidad a la traza con la variante de Elorrio, manteniendo los dos carriles por sentido. Asimismo, dentro de la concesión, el ambicioso proyecto permitirá la puesta al día de los 2,8 kilómetros de la variante de Elorrio que se adecuará a los estándares de calidad y servicio dispuestos para la nueva infraestructura. Estas labores darán inicio al término de los trabajos de la nueva autovía.