karrantza

lAs vacas son animales de costumbres", dice Félix Aras, ganadero de Karrantza al frente de una veterana explotación del barrio Manzaneda de Sierra, distinguida como la mejor de 2012 en Euskadi. En unos pocos días, las reses comenzaron a desfilar solas por la máquina que realiza todo el proceso de ordeño automáticamente. Bastó con que lo asociaran con la recompensa en forma de comida que reciben después de un trámite que lleva pocos minutos. Para los ganaderos, la ganancia se traduce en una mayor libertad y eficiencia en la gestión.

La granja de los hermanos Aras es una de las trece de Bizkaia que utiliza esta revolucionaria maquinaria gracias a una inversión del departamento foral de Agricultura de 1,1 millones de euros en los últimos cinco años. En su caso, hace seis meses que la instalaron. Desde entonces, la producción de leche de sus 140 reses se ha incrementado entre un 12 y un 13%, al pasar de los dos tradicionales ordeños que realizaban al día a una media de 2,9. La máquina funciona las 24 horas del día y se conecta con un ordenador desde el cual los ganaderos pueden supervisar la actividad de todas y cada una de las vacas: cuáles han sido ordeñadas y hace cuánto tiempo y la producción estimada. Si surge cualquier problema técnico, el mismo dispositivo avisa por teléfono. Así, los profesionales pueden darse un respiro en sus maratonianas jornadas, porque ya no son imprescindibles para ordeñar "Nos permite tener más flexibilidad con los horarios y terminar antes el trabajo físico", celebra Félix Aras. Además, los beneficios se dejan sentir también en el apartado sanitario al testar la calidad de la leche producida.

rentabilidad En contrapartida, las vacas comen más. "En la máquina ponemos unos cinco kilos de concentrado a cada una junto con los ocho kilos que tienen en sus comederos", compara. Sin embargo, aun gastando más en alimentación, el sistema resulta rentable. Por el momento, Félix y su hermano Mikel lo han probado para el 50% de las reses, aunque lo implantarán progresivamente entre las demás, animados por su buen resultado.

"El funcionamiento es muy sencillo. La vaca se sube en una báscula y la máquina detecta si es apta para el ordeño. En caso afirmativo, se abre una compuerta y comienza la preparación y desinfección de la ubre, que dura aproximadamente un minuto. Cuando acaba el ordeño, se vuelve a limpiar la ubre, se cierra la compuerta y se echa a la vaca para que pase la siguiente", relata el ganadero carranzano. "Podríamos afirmar que estos equipos no materializan la aspiración del baserritarra de que las vacas se ordeñen solas, pero casi o, cuanto menos, más fácilmente", bromea la diputada de Agricultura, Irene Pardo.

Aprovechar al máximo las posibilidades de las nuevas tecnologías resulta muy útil para una explotación como la de los hermanos Aras. Cuidan de 300 vacas, 140 de las cuales se ordeñan regularmente, y recogen el forraje que representa un 20% de su dieta en un terreno que abarca 35 hectáreas. De los pabellones de Karrantza sale también la leche Gurea de Kaiku, la única que posee label vasco de calidad. Por esa razón, los controles sanitarios que se exigen son más exhaustivos. Así, debe estar lista en un máximo de seis horas desde el ordeño y contener más proteínas de lo habitual. Asimismo, la explotación debe acreditar que no ha sufrido incidentes sanitarios en los últimos seis meses.

La eficacia del sistema robotizado se nota en los trece caseríos que han decidido probar este mecanismo, tal y como atestiguan los datos. Las 1.222 cabezas ordeñadas con esta técnica producen una media de 13,5 millones de litros de leche. Hace seis años en esas mismas explotaciones se obtenían 11 millones de litros de 1.623 vacas. Este tipo de técnicas permiten "que la sociedad conozca la realidad moderna del agro vizcaino", en palabras de la diputada de Agricultura.

Más aún en la crisis que también atraviesa un sector "al que tendemos la mano y que cuenta con toda nuestra colaboración", según subraya Irene Pardo.

La Diputación Foral de Bizkaia concede alrededor de 34.000 euros al año en ayudas a las explotaciones de vacuno de leche del territorio. En esta línea, 2012 terminó con el adelanto de la prima láctea y el anuncio de que este año se mantendrán las subvenciones. Este año, la Diputación y el Gobierno vasco trabajarán para lograr que se reduzcan los costes de producción.