La voz de Eduardo Punset es la primera ola que rompe y estalla sobre el corazón de los presentes, encogido como si fuese de algodón recién lavado. "Leí un grafiti del metro de Nueva York en los años sesenta que decía ¿Hay vida antes de la muerte?". Es el vaticinio con el que Alma, el documental que narra la vida de Mikel Trueba, Rosana Pagani y la hija de ambos, Anne, presentado ayer en el Teatro Campos, viene con la santabárbara cargada de emociones. No es una vida cualquiera, claro. Ni siquiera es la crónica de una lucha a brazo partido por la búsqueda de un remedio. Es un milagro que se hace ejemplo, la demostración de que el amor y la entereza de ánimo, no exenta de emociones, es patrimonio de los seres humanos grandes.

Mikel llora una y mil veces tras la pantalla -lo haría después, en carne y hueso, sobre el escenario, al recordar a su pequeño colibrí, la hija que le cuida como si fuese la madre...-, Rosana ni una sola. Ella es la Marianne de esta revolución, la mujer que guía a su pueblo, a su familia, contra las cadenas de la ELA, una enfermedad atroz. En donde se intuye el florecer del ánimo, las horas negras de hondo penar, ellos intercalan la alegría en una apuesta por la vida envidiable. Rosana, huérfana de padre a los 14 años y de madre a los 21, no llora. "Soy una enamorada de la vida aunque a veces duela", predica. El corazón se encoge...

Todo queda reflejado en el documental, donde se escucha la voz de Julio Gómez, el médico de cuidados paliativos del hospital San Juan de Dios de Santurtzi y quien les propone, a la luz de las cámaras, la firma de sus voluntades anticipadas. "Vivir enganchado a una máquina no es vida. Cuando llegue la hora que me seden y me dejen ir...". Una tempestad de pañuelos sobre el patio de butacas.

Allí estaban, entre otros, Carlos Regidor, Almudena Sabido, José Escuder y Michael Valiente, productores del documental, acompañados por Javier Castro, el hombre que soñó con contar esta historia. En la sombra, Rosario Aguirre, la madre de Mikel y Luis Varona, el médico que le trata. Les acompañaban el alcalde de Santurtzi, Ricardo Ituarte, el teniente alcalde de Bilbao, Ibon Areso; el ararteko, Iñigo Lamarca, Alex Mumbrú; Mikel Renteria y Mentxu Mendieta, propulsores del Walk On Project, otra historia de supervivencia; Jacinto Gómez, Mirian Olivar, Mercedes Peña, Magdalena Bastián, Elsa del Pozo, José Luis Díez, Ricardo Franco Vicario, Pedro Maestre; la diputada de Acción Social, Pilar Ardanza, Iñigo Pombo, Begoña Ortuondo en nombre de Obra Social de la BBK; Esther y Paula Ugaldea, Asun Garro, Esther Pérez, Genma Amezaga, Oskar Bernaola, Asier Abaunza, Javier de la Cruz, Idoia Vizcaino, Danel Bringas y un ciento de amigos, todos orgullos y sobrecogidos.