bilbao. Hay situaciones en las que un recurso tan aparentemente básico como el acceso a la higiene personal se parece más a un privilegio que a un derecho. Para evitarlo, el último de los tres centros de duchas públicas que ha habido en Bilbao sobrevive en el número 18 de la calle Zabala intentando cumplir con los objetivos que, desde el Ayuntamiento, se han marcado como respuesta a la carencia de esta posibilidad por parte de cientos de ciudadanos de la villa. Este centro, gestionado por el Área de Salud y Consumo, abre todas las mañanas sus grifos con la intención de ofrecer de forma gratuita un servicio cuyo éxito atestiguan un total de cerca de 28.000 usos anuales, con una media que ronda los 80 usuarios por día. Se trata de unas instalaciones relativamente nuevas -se construyeron en 2003- que han ocupado el lugar dejado por el desaparecido mercado de Zabala, en una de las arterias urbanas que unen el distrito de Ibaiondo con el todavía joven barrio de Miribilla.
Según el consistorio bilbaino, el servicio municipal de duchas públicas mantiene una función "básica y necesaria". Está dirigido, sobre todo, a los habitantes de menos recursos de la ciudad, quienes directamente no disponen de un baño donde darse una ducha. Pero también quiere cubrir otros huecos, en concreto los dejados por viajeros, turistas y transeúntes en general que no dispongan de un lugar donde alojarse o, sencillamente, no quieran pagar por asearse en una pensión que cobre por prestar este servicio. Además, abre también sus puertas a aquellos vecinos de Bilbao con necesidades especiales, obligados por problemas provisionales en sus domicilios -averías, instalaciones no adecuadas, problemas de suministro- a buscar un sitio fuera de sus casas donde poder ducharse.
Gratis total Una de las claves del buen funcionamiento es su gratuidad. Así, los únicos requisitos para poder acceder a una ducha de agua caliente son dos: por un lado, y solo en ocasiones, tener un poco de paciencia para esperar turno. El otro requisito es llevar jabón o, en su defecto, contar con 6 céntimos en el bolsillo para comprar una pastilla. En el interior hay dos zonas diferenciadas que separan los espacios por sexo. La zona de duchas para hombres cuenta con un total de 14 receptáculos, mientras que la femenina posee 6. Y es que el perfil del usuario medio del servicio es predominantemente masculino: según las estadísticas que manejan los responsables municipales, un 75% de los visitantes son hombres, aunque son datos siempre aproximados, ya que el acceso es totalmente libre y no se exige ningún registro en la entrada.
Los datos de los usos se contabilizan de forma anual, y desprenden unas cifras prácticamente idénticas en los últimos años, lo que demuestra la eficacia del servicio y la regularidad de sus visitantes. Desde 2007, los usos rondan siempre los 28.000. Hace dos años, el servicio experimentó un importante punto de inflexión, cuando el Ayuntamiento de Bilbao decidió modificar radicalmente los horarios, pasando de abrir solamente por la tarde a ofrecer un servicio matutino, "de forma más acorde con las costumbres higiénicas de la población". La intención de los responsables de aquella transformación era aumentar el número de personas usuarias. Y lo consiguieron. Al final de aquel 2009, el servicio había alcanzado su cifra récord con 28.673 usos.
Cerca de San Francisco Con el inicio del horario de invierno, el centro comienza a funcionar desde las 8.30 y deja de admitir usuarios sobre las 13.30 horas, con el fin de iniciar las tareas de limpieza y mantenimiento necesarias de cara al día siguiente, hasta cerrar definitivamente sus puertas a las 14.30. Su ubicación en la calle Bruno Mauricio Zabala tampoco es casual. Las instalaciones se encuentran muy cerca del barrio de San Francisco, una zona cuyas calles albergan un núcleo importante de personas sin hogar, tal como indicaron diferentes ONG el año pasado, durante un estudio realizado por más de cien voluntarios por todo Bilbao con el fin de elaborar un mapa de los lugares de mayor concentración de personas sin techo.
Esta rara avis de los servicios municipales es uno de los tres centros de baños públicos que han existido en la villa a lo largo del último siglo. Hace ocho años desaparecieron las antecesoras de las de Zabala, en Atxuri. Mucho antes, hace casi cien años, un local ubicado en la calle Errekakoetxe fue el encargado de cumplir con la labor.