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Santo Tomás sacude El Arenal de Bilbao con un temporal de gente

Tras una mañana en la que el goteo de visitantes fue menor que en ediciones anteriores, condicionado por la lluvia, la feria agro ha ido a más con el paso de las horas

En imágenes: la lluvia no frena las ganas de Santo Tomás en BilbaoOskar González/J.M. Martínez/ Miguel Acera/ Gaizka Portillo

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El bullicio de las personas que desde primera hora de la mañana de este domingo se han acercado al entorno de El Arenal de Bilbao ha continuado durante toda la jornada. Pese a tener menos asistencia que otras veces en esa primera hora, algo que han visto los productores allí presentes, con el paso de las horas, y el cese de la lluvia, se ha ido animando la feria agro más importante de Bizkaia.

Si a primera hora de la mañana andar por El Arenal bilbaino era una delicia, hacerlo a mediodía era toda una odisea. Qué decir de querer hacerse con un talo: misión imposible. Sobre todo allá por las 15.00 horas. “No es nada fácil conseguir un talo. Me he tirado una hora y media”, comenta una joven que ha conseguido este manjar y ha salido del lugar como lo hicieron miles de athleticzales cuando la entidad bilbaina ganó la final de Copa del año pasado. El mal tiempo no ha hecho desistir a vizcainos que, paraguas en mano, han querido disfrutar de esta celebración, esperada durante todo el año, para degustar y comprar los productos de los baserritarras.

Con unos precios prácticamente similares a los del año pasado, con alguna que otra subida –como fue el caso del txoripan–, la fiesta multitudinaria ha vuelto a convertir El Arenal bilbaino en una gran cita. Iker Bilbao ha sido uno de los primeros en llevarse un producto local a casa.

Lluvia

En su caso ha sido temprano porque, como bilbaino veterano en esta celebración, sabía lo que estaba por llegar en el momento en el que dejase de llover. “Vengo ahora porque sé que si vengo dos horas más tarde o no queda o hay tanta gente que no puedo comprar”, indica después de pagar en una de las 243 casetas que tuvieron a la venta gran variedad de productos baserritarras hasta las 20.00 horas.

En este contexto, la lluvia ha frenado esas ganas sostenidas a lo largo de la mañana de querer acercarse al recinto festivo, pese a que no afectase igual en todas las casetas. “Es el día, aunque alguna clienta estaba asustada por el tema del agua”, apunta Sergio Fernández, miembro de la cuarta generación de Lombera de Carranza.

Según informó la Agencia Vasca de Meteorología, Euskalmet, este domingo se esperaban “chubascos ocasionalmente moderados o tormentosos, especialmente durante la primera mitad del día”. Por este motivo, “ha venido más gente a primera hora”, añade Fernández. Un punto de vista que por un lado ha frenado a vizcainas y vizcainos a acudir a la feria, pero no ha dejado en casa a todo el mundo. “Vengo todos los años llueva, truene, o lo que sea”, matiza Susana Mato, quien se ha llevado a casa “un poco de chorizo, pan y algo más”.

Tarde de fiesta

Esas gotas tempraneras han evitado que algunos de los productores hayan vendido absolutamente todo lo que llevaron a la capital vizcaina. “Lo que no hemos vendido a primera hora ya no lo vendemos. Viene gente, pero no es lo mismo que otros años. A esta hora –las 15.00 horas– la gente ya no viene a por productos, por eso dejamos más espacio a la sidra”, señala uno de los productores a este periódico.

El cambio de tendencia llegó a mediodía, sobre las 14.30 horas. En ese instante los productos pasaron a un segundo plano para dar paso a la fiesta habitual en El Arenal que se ha extendido hasta los bares de la Plaza Nueva. En este sentido, por la estación de metro del Casco Viejo, próxima a la Iglesia de San Nicolás, no han parado de salir vizcainas y vizcainos con ganas de empaparse de sidra y talo.

Trabajo desde bien temprano

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Para que todas las cosas estuviesen listas a las 9.00 horas, las más de 200 casetas han comenzado a descargar desde bien temprano. Después de toda una tarde y noche haciendo pan en Galdames, Miriam Saratxaga ha estado desde las 5.30 horas descargando y colocando en su puesto de El Arenal. “No nos han dejado casi ni montar, estamos desde primera hora a tope. No es sorpresa, ya contábamos con ello”, puntualiza mientras lleva el pan de la furgoneta al puesto sin parar.

Una cita que no solo sirve para consumir, también para reencontrarse con personas conocidas. José Domingo Txabarri cumple este domingo 28 años en Santo Tomás. “Hay gente que viene exclusivamente a comprar txakoli y para nosotros es muy agradable tener ese contacto”, apostilla Txabarri en una jornada en la que el agro vizcaino ha vuelto a brillar. Un día en la que la lluvia no ha deslucido la fiesta de Santo Tomás vivida este domingo en Bilbao.