Ferias hay muchas y fiestas también. Pero sólo una puede presumir de compartir ambas facetas en la dimensión que lo hace la de San Tomás en Bilbao. Por la mañana, a mediodía, durante la tarde e incluso al anochecer, las calles y plazas del botxo son el mejor ejemplo de la magnitud de esta cita con el sector primario. A todas horas y en todos los lugares imaginados ha habido gente. Tapada, evidentemente, para guarecerse de la pertinaz lluvia que no consiguió encerrar en sus casas a la entregada tribu que el patrón de los baserritarras tiene en Bizkaia.
La victoria del ejército de fieles de Santo Tomás durante la reñida lucha de paraguas matutina escenificada en El Arenal consagra su autoridad moral en el imaginario colectivo para poder bendecir los 21 de diciembre como una jornada entregada al encuentro de familias y cuadrillas unidas, a las risas y carcajadas contagiosas, a los recuerdos viejos, a los momentos nuevos… Nadie queda nunca al margen de esta tradicional feria que sirve también, de algún modo, para despedir el año de manera ejemplar. Y todo, sin importar la edad ni el acento ni la piel ni la vestimenta….
"Indispensable"
Ahí reside uno de los secretos de la fama de este peregrinaje infinito. Y así lo han confirmado Juan y Susana, gallegos afincados en Bilbao por motivos laborales. Como las meigas, habían oído hablar año tras año de la feria pero no les había coincidido. Hasta hoy. “Teníamos que estar”, ha telegrafiado ella. Sus amigos y compañeros les habían enseñado fotos de ediciones anteriores… “Nos habían hablado de que esto es una locura”, ha subrayado él, con todo preparado ya para probar el talo con chorizo. “Indispensable”, ha resumido Susana con una sonrisa sincera.
Para ellos, hoy ha sido su primera vez y para otros también ha sido un Santo Tomás novedoso. Ha sido el caso de Irantzu, con su hijo bien protegido de la lluvia; o el de Josu Ander, que llevaba años sin acercarse a la feria; o el de Raúl e Itxaso, quienes por motivos laborales han tenido que suspender lógicamente -durante más ediciones de las deseadas- sus acostumbradas excursiones a la feria de ferias. Ahora, además, pueden disfrutar de esta tradicional cita con los pequeños de la casa.
Desde el IES Ellacuria-Zurbaran
O el de Izaro y Olaia, dos amigas bilbainas habituales en esta plaza pero que en esta ocasión han cambiado su modus operandi y se han dedicado a vender boletos para una rifa cuyo premio, en realidad, no tiene precio. Estas alumnas del IES Ellacuria-Zurbaran recaudaron dinero para poder confeccionar una cesta. Vender para comprar, una lógica de mercado que esconde otra operación financiera más: ayudar a reducir el coste del viaje de fin de curso que tienen planeado para la última semana de junio y que “así el precio final sea más asequible para todos”, han explicado.
Una causa justa y un trabajo amable el de estas chicas -sus compañeros y compañeras han estado patrullando el recinto de El Arenal durante toda la mañana- que contrasta con otro más exigente como el de una de las cuadrillas que desde primera hora de la mañana se afanaron por mantener en perfecto estado de revista ese trocito del mapamundi del botxo dedicado en cuerpo y alma al patrón de los baserritarras.
"¿Estamos vivos? Pues entonces es un buen día"
Y algo tendrá el agua cuando la bendicen porque tanto unas como otros, a pesar de estar ocupados en una actividad no festiva, han repartido sonrisas sin darle importancia al hecho de estar viviendo un Santo Tomás distinto. Entregados a las sonrisas y sobre todo a los buenos pensamientos han estado Rosa, María Jesús y Consuelo, amigas y residentes en Bilbao que, al mal tiempo le han puesto buena cara: “¿Estamos vivos? Pues entonces es un buen día”.