Flores en memoria de los seres queridos en Bilbao
Decenas de personas acuden al cementerio de Bilbao para recordar a sus familiares
El 1 de noviembre es una fecha ligada a la tradición. El Día de Todos los Santos es una jornada de recuerdo a los seres queridos ya fallecidos pero también es un día en el que rememorar los buenos momentos con aquellos que ya no están. Las primeras visitas son las más complicadas, las que marcan una visita a un familiar que se ha marchado hace poco tiempo. Y eso se ha notado en el cementerio de Bilbao un año más. El respeto impera en el ambiente donde el silencio sepulcral sólo se rompe con las charlas entre familias
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Sin embargo, son muchos los que cada año son fieles a su cita el primer día de noviembre. No importa el tiempo que haya pasado, todas las pérdidas son igual de dolorosas y la visita al camposanto remueve anécdotas y vivencias con los seres queridos. Ejemplo de ello es Meli, que se ha acercado acompañada por sus hijos. “Vengo desde hace 15 años. Al principio venía más a menudo pero ahora ya venimos el 1 de noviembre”, comenta esta mujer que visita la tumba de su marido.
Cambio de costumbres
Despidiéndose ya del camposanto están Lourdes y Antón, que van cada año a recordar a sus familiares. “Es una tradición. Antes él venía con su tío y con su ama. Luego le empezamos a acompañar nuestra hija y yo. Y ahora venimos solos”, relata Lourdes afirmando que “suele ser el único día del año que visitamos el cementerio” aunque Antón puntualiza que “algún día cuando vengo al Sindicato de Agricultores me escapo hasta aquí”.
Las familias caminan con tranquilidad, buscando el panteón o el nicho donde reposa para siempre su ser querido. Los murmullos se intercambian con las lágrimas más amargas, con los llantos que rememoran las pérdidas. Muchas de las lápidas lucen impolutas en un día como hoy, en el que las flores frescas acompañarán a los fallecidos.
Duelo perinatal
El cementerio de Bilbao va adaptándose a las nuevas realidades y necesidades que surgen en la villa y una de las demandas era disponer en el camposanto de un espacio para el duelo perinatal. Algunas flores blancas recuerdan a estos bebés fallecidos antes, durante o a los pocos días del parto. Además, un ramo con la inscripción aita y ama hace referencia a uno de esos bebés.
Espacio para mascotas
Otra de las demandas es una zona para depositar las cenizas de los animales que cada día hacen más llevaderas las jornadas. Pero no será hasta el 1 de enero de 2026 cuando entre en marcha la nueva ordenanza y se comience a dar los primeros pasos para crear un espacio para las mascotas en el cementerio de Bilbao. De momento, la cartelería del camposanto ya indica dónde estará ubicada esta zona.
Legado familiar
Frente a la entrada principal del cementerio varios puestos de flores ofrecen sus ramos a las familias. Uno de ellos es de la familia de Mikeldi Elgezabal, que solamente ofrecen sus creaciones florales el 1 de noviembre. “Son ramos y centros de crisantemos, dalias y cresta de gallo”, exponen desde el stand recordando que “es una tradición de familia de hace más de cien años. Tenemos la huerta en un caserío cerca de Artxanda y si sale la flor para esta fecha la utilizamos y hacemos ramos y centros de manera artesanal que nos llevan una hora y media más o menos”. Y toda esa “labor familiar” es un pequeño homenaje “a nuestra amama” porque ella hacía este trabajo.
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