“La incertidumbre puede potenciar el eje Atlántico y que el Puerto de Bilbao tenga más conexiones con Centroeuropa”
Asumió el cargo a mediados de julio en un contexto complejo. Conflictos bélicos, guerra de aranceles con EE.UU... Jiménez y su equipo trabajan en la búsqueda de soluciones
La incertidumbre cotiza al alza en los mercados exteriores y el Puerto de Bilbao se nutre precisamente de la actividad que generan las empresas en ese ámbito. Más allá de las etiquetas –optimismo o pesimismo–, la Autoridad Portuaria de Bilbao se mueve para aprovechar las oportunidades, que también las hay.
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Cumplirá en breve los primeros cien días en el cargo, ¿qué balance hace de estos primeros pasos?
Ha sido una grata sorpresa. Primero, por el equipo que he encontrado. Yo tengo más relación con el equipo directivo, evidentemente, que es de primer nivel. Reconocido además así en puertos del Estado como un equipo de referencia tanto en la actividad portuaria como en cuestiones relacionadas con infraestructuras. Y la acogida ha sido muy buena. En general, los empleados de la Autoridad Portuaria son personas de mucho nivel, comprometidas con el proyecto, y con sentimiento de pertenencia al puerto y orgullo. Además hay una comunidad portuaria muy involucrada, que vive mucho el puerto. Hay miles de personas que se mueven todos los días por estas instalaciones. Estamos hablando de más de 300 concesiones, 120 empresas aproximadamente. En la autoridad portuaria al final somos 270 personas, pero en este entorno estamos aproximadamente unos 3.000 agentes.
Una de las variables que más influyen en la vida de un puerto es el entorno geopolítico que, como mínimo, es hoy complejo. ¿También preocupante?
Vivimos un momento de incertidumbre, que está aquí para quedarse. Antes se hablaba de entornos más estables. La complejidad de las líneas de interconexión en el mundo es tal que hoy en día no tiene mucho sentido hacer predicciones en muchas cuestiones a más de tres o cinco años. Incertidumbre absoluta.
¿Cómo están afectando los aranceles de Estados Unidos?
Hay una variable que modifica cualquier tipo de cálculo. Una cosa es lo que tú exportes directamente a Estados Unidos, que lo conoces, que en el caso del Puerto de Bilbao está en torno al 12%. Pero, por otra parte, está lo que va indirectamente a Estados Unidos. No sabemos cuánta mercancía finalmente acaba en Estados Unidos o en otros mercados. Las piezas de automoción que van a Alemania se mueven dentro de la Unión Europea, pero igual son coches que se venden o en ensamblan en Estados Unidos.
¿Se están resintiendo las cifras del Puerto?
“Una cosa es lo que exportes a EE.UU., pero no sabemos cuánta mercancía acaba en ese país a través de las ventas indirectas”
En el sector de la automoción hay un descenso importante, mientras que en mercancía general estamos subiendo respecto al año pasado. El sistema portuario español en estos momentos está en un 2,3% de descenso en general y nosotros, quitando el efecto que tuvo la parada de Petronor, dos millones de toneladas menos, estamos en torno a las mercancías del año anterior. En España se está notando más. ¿Razones? Pues efectivamente la incertidumbre es una, pero también está la implementación de ETS –Sistema de Comercio de Emisiones del transporte de la UE– que son, digamos, los pagos que tienen que hacer por millas por contaminación. Ha habido un movimiento de buques que llegan de fuera de la Unión Europea al Reino Unido para no pagar precisamente esas penalizaciones. Cuando Reino Unido entre en el sistema, la previsión es que sea en julio del año que viene, ese efecto se amortiguará.
¿Les preocupa algo en particular?
Nos preocupa la situación del contenedor, que sí que tiene un descenso mayor que en el conjunto del sistema del Estado. Es cierto que el contenedor solo, entre comillas, representa el 15% del movimiento de mercancías del puerto, pero es un indicador de competitividad importante. Y hay varias cuestiones, como los ETS, que pueden haber tenido su influencia. También los colapsos que hay en estos momentos en los hubs del centro Europa, como Rotterdam y Amberes, donde hay mayor demanda que oferta, con lo cual están saturados y las líneas están optando por otras vías. Al mismo tiempo nos encontramos con un nuevo diseño de las rutas mundiales del transporte, teniendo en cuenta que China, o Asia en general, es el mayor destino y origen, cada vez con más diferencia, del movimiento de mercancías. También están los conflictos que existen alrededor del canal de Suez, que hacen que las primas de seguro hayan subido una barbaridad, y los tráficos se están moviendo por el Cabo de Buena Esperanza.
Más elementos de incertidumbre.
Eso ha movido todas las rutas, pero a nosotros se nos abre también una posibilidad. Ahora desde China se están abriendo rutas por el Norte por primera vez por dos cuestiones: cambio climático y nuevas tecnologías. Esto hace que las rutas desde ciertos puntos de China se acorten en cerca de diez días, en algunos casos casi a la mitad. Eso puede ser, no solo para Bilbao, sino en general para los puertos del norte de Europa, que son con los que más conexión tenemos, una oportunidad que no va a ser de hoy para mañana. Sin embargo, se están moviendo los tráficos de una manera importante, como ha existido en otros periodos de la historia, pero en esta ocasión los cambios se están produciendo de una manera más rápida.
¿Y cómo se puede aprovechar esa oportunidad?
“Bilbao está perdiendo menos tráfico que la media del Estado, si igualamos las cifras del año pasado sería una buena noticia”
Nosotros ahora estamos en la fase de análisis de qué tipo de mercancía viene y a dónde va. Por tipo de mercado, y su evolución en los últimos años. Por lo tanto vemos dónde están los nichos de oportunidad de acuerdo también con esas rutas. Hay que tener en cuenta que el puerto de Bilbao no es un puerto hub, por tamaño y por situación no le corresponde, hay otros puertos mucho más grandes, Barcelona es uno de ellos, pero tiene el doble de tamaño que nosotros, y no vamos a ser un Rotterdam o un Amberes. Pero sí que es cierto que esto puede permitir que puertos que hoy no somos los hub principales en Centroeuropa podamos aprovechar y tener más conexiones con ellos, y que en vez de elegir muchas veces las rutas mediterráneas elijan la ruta del eje Atlántico.
¿Qué cifra de tráfico permitiría al Puerto de Bilbao salvar los muebles este año?
Quitando el efecto puntual de Petronor, si llegásemos a igualar las cifras del año pasado, en este momento de incertidumbre sería una buena noticia teniendo en cuenta un entorno en el que el propio sistema del Estado está descendiendo más de un 2% y nosotros estamos perdiendo menos tráfico.
¿Hay alguna operación industrial que puede cristalizar en breve?
A día de hoy tenemos ocupado el 92% del Puerto, es una gran ocupación. Ahora tenemos la obras de ampliación del espigón central. La primera fase ya está finalizada y la segunda fase estará acabada aproximadamente en año y medio. Lo que tenemos que hacer es analizar todas las peticiones que tenemos, no sólo en función de la estrategia del Puerto, sino también, en general, con la estrategia industrial de Euskadi. El objetivo es llegar a un punto de equilibrio entre una y otra. Hay muchas empresas que pueden querer instalarse aquí por la falta que existe de terreno industrial. Lo cierto que nosotros tenemos que analizar también cuál es el impacto portuario que va a tener, porque una mala decisión nos puede llevar a rentabilidades negativas.
Viene de la iniciativa de la Diputación de Bizkaia para impulsar el talento, ¿qué se puede hacer en el puerto para mejorar el talento?
Vienen unos años de cambio para ciertos perfiles. Igual la imagen del Puerto no es la más atractiva, pero está ocurriendo en general en la industria. El talento hoy en día, sobre todo aquel más relacionado con ciencias, busca proyectos más tecnológicos, relacionados más con los servicios avanzados. Nos estamos moviendo para captar los trabajadores del futuro entre los estudiantes de hoy.
