Un buen mordisco a una de las manzanas comerciales más conocidas de Bilbao. La reforma del edificio que tiene el acceso principal en Berastegi 1 obligará a todos los negocios a pie de calle y a las oficinas a bajar la persiana a partir del 1 de septiembre. La actuación afectará a los cimientos y al techo de los locales –el suelo del primer piso– para reforzar con hormigón la estructura de madera del inmueble.

Los afectados están en régimen de alquiler y dejarán de pagar cada mes a Villa Mena, la sociedad propietaria, con sede en Madrid pero que tiene su origen en la aristocrática familia Zabalburu.

En el edificio hay 45 oficinas y algún piso habitable, aunque ya no vive nadie y gran parte de los despachos están vacíos. Algunos hosteleros de Ledesma sospechan que el objetivo final de la reforma es transformar los pisos superiores en un apartahotel, actuación que en todo caso se realizaría más adelante.

No hay fecha para la finalización de las obras, aunque extraoficialmente se baraja marzo o abril, prácticamente mediados de año, y la incertidumbre es total porque el tiempo en este caso corre muy en contra. Si se cumplen esos plazos los negocios de hostelería se perderían la campaña de Navidad –algo que ya es seguro– y la de Semana Santa. Todo depende de lo que encuentren los obreros en un edificio que, según cuentan los inquilinos, padece múltiples achaques.

El edificio abarca Gran Vía –desde la cafetería Monterrey–, Berastegi y Ledesma –hasta El Molinillo– y es posiblemente la zona con negocios de mayor solera del rectángulo bullicioso que llega hasta Alameda Mazarredo y se cierra de nuevo en Ledesma. Cinco establecimientos de hostelería, una tienda de calzado deportivo, una óptica, una farmacia, una tienda de golosinas y una pastelería cuentan los días antes de cesar, en principio de forma temporal, su actividad con el cambio de mes.

Algunos lo harán antes aprovechando el periodo vacacional y la mayoría de los empleados entrarán en el expediente de regulación temporal de empleo que presentará cada empresa. También habrá recolocaciones en otros centros de trabajo de la cadena y hay quien no sabe todavía qué va a ocurrir cuando en menos de tres semanas dejen de trabajar. Es el caso de las empleadas de la cafetería de Arrese o de la farmacia Barcenas Roji.

Oleada de Erte

Los camareros del Monterrey, una referencia que lleva 73 años amaneciendo junto a los bilbainos y que fue uno de los restaurantes favoritos de Marcelo Bielsa en su etapa en el Athletic, también trasladan a la clientela su desconocimiento. Entre su extensa parroquia, no obstante, ha generado todo tipo de suspicacias la subida de precios de este mes.

La cadena de calzado deportivo Snipes activará un ERTE a finales de este mes para todo el personal de la tienda y tienen previsto reabrir en cuanto sea posible.

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Los empleados de General Óptica serán reubicados en otros establecimientos del grupo mientras duren las obras. Esta tienda, justo en la esquina entre Gran Vía y Berastegi, es un espacio diáfano jalonado con unas columnas de hierro perfectamente conservadas y que son patrimonio urbanístico. Fueron forjadas por una antigua ferrería de Bilbao y sostienen desde hace 105 años la estructura del edificio. Otra cosa, comenta un encargado de la óptica es el piso superior, donde la madera impera. Toda la parte visible del establecimiento está recubierta de pladur, que se desmantelará y será necesario reconstruir toda la tienda. En este caso, la cadena oftalmológica no va a renunciar a esta codiciada esquina y reabrirá.

Al contrario que la tienda de dulces Chupidenda, que ya está cerrada y que, según comentan otros comerciantes, ha llegado a un acuerdo con el propietario para cerrar a cambio de una indemnización.