Los tres bares afectados en Ledesma tienen el mismo dueño del negocio, Rubén García. Son Taberna Taurina –que inició su actividad a principios de los 60 del siglo pasado–, Atseden –otro clásico gastronómico de la calle– y El Molinillo (1978). Los tres locales también comparten cocina, ubicada en la primera planta y conectada a cada establecimiento por montacargas.

Este empresario de la hostelería da cuenta de algunas de las sorpresas que encontraron cuando renovaron locales que llevaban más de cincuenta años sin tocar. La taberna Taurina original apenas tenía 25 metros cuadrados pero el fin de los alquileres antiguos dejó libre la mercería adyacente y García unió ambos locales. En las obras se descubrió una bajante rota que generó humedades durante años. En el Atseden apareció un pequeño río subterráneo sin canalizar, de modo que fue necesario apoyar el comedor superior en grandes pilares de cemento visibles en la planta baja que soportan las columnas.

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Ha metido mucho dinero y su intención es reabrir lo antes posible. Apurarán hasta el último día de trabajo y cerrarán el 1 de septiembre. La plantilla entrará en un ERTE y el Gobierno vasco “estudia si es un caso de fuerza mayor, que otra cosa puede ser esto, o por causas económicas”· para determinar si hay ayudas públicas a la regulación de empleo: “Los empleados dejan de trabajar cobrando el ERTE y a mí me toca poner el dinero”.

Su mayor temor es la fuga de personal, que encuentren durante los próximos meses otro empleo en el que cobren más que dentro del expediente de regulación. La sensación no es nueva porque arrancó en 2018 la actividad del Atseden y poco después llegó la pandemia. Rubén García tiene contratos de más de seis años en sus locales y, como la empresa propietaria “parece que no está dispuesta a indemnizar”, intentará negociar “un aumento del plazo”.