Los edificios de viviendas del Muelle de Marzana, frente al Mercado de la Ribera, han amanecido este jueves repletas de pancartas en protesta por el ruido y las molestias que según han comentado los vecinos, les generan los bares que se extienden por todo el paseo. Tal y como han contado a este periódico, llevan desde 2021 denunciado que estos locales no cumplen la normativa, y aseguran que sobre todo durante los fin de semanas y festivos se alargan más allá de la hora de cierre, superando los decibelios permitidos y ocupando más espacio del que les corresponde a las terrazas. Los residentes de estos bloques de viviendas explican que tras haber recogido numerosas firmas y haber presentado varios escritos al Ayuntamiento, no han obtenido soluciones, y que son cada vez más las licencias que se les entregan a estos locales.

"Bares stop ruido", "si gritas no duermo" o "S.O.S Martzana" son algunos de los mensajes que se pueden leer en estas pancartas que han decidido colgar de sus balcones ante el hartazgo de la situación. Una iniciativa que ha llamado la atención a muchos de los paseantes que se han parado a hacer fotos desde la orilla contraria. Y es que según comenta Marga Rodríguez, miembro de la asociación de vecinos, "esta es una de las zonas de Bilbao que más fotografían los turistas". Tal y como han explicado, es la primera protesta pública que hacen "visto que todas las acciones que hemos llevado a cabo hasta ahora han caído en saco roto".

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El Muelle de Marzana es una de las zonas de la villa que más popularidad ha ganado en los últimos años por la bonita ubicación en la que se encuentra y la oferta de locales de ocio que han ido abriendo en los últimos años. Sin embargo, como suele ocurrir en estos casos, antes de que la zona se volviese popular, ya había viviendas que hoy en día se mantienen. Es por ello que los vecinos aseguran que la convivencia se ha vuelto difícil y piden regulación para que ambas partes puedan convivir. Sin embargo, según cuentan los afectados, los hosteleros no respetan las medidas y sobrepasan la ley, causándoles perjuicios en su descanso y en el día a día.

De hecho, la situación ha llegado a tal extremo que, según han asegurado algunos de los vecinos a este periódico, hay familias que han decidido vender su casa y marcharse ante la insostenibilidad de la situación. Los que aún resisten, afirman haber recibido presiones para abandonar sus hogares y que cada vez son más los pisos turísticos en el edificio. Esperan que con esta protesta el problema pueda ser más visible, y les gustaría que esta iniciativa se extendiese a todo Bilbao ya que creen que no es únicamente algo que ocurre en la zona de Marzana, sino que "es un problema de ciudad".