La bruma marina aún se aferraba al puerto de Santurtzi cuando las primeras personas se han comenzado a congregar en la Casa Torre para ver a la Virgen de Begoña, en la que prometía ser una fecha inolvidable para los más de 240 fieles que la iban a acompañar en la procesión náutica. La localidad ha cambiado este miércoles su clásico color morado por el azul marino y el blanco, presente en la vestimenta de las personas que han acudido.

A las 10.15 catorce cofrades han aupado a la Amatxu, que iba rodeada de seis remos, para comenzar la procesión. El sonido del txistu y del tamboril y los gritos de "Gora la amatxu de Begoña" han marcado el inicio de un día que ha entrelazao la devoción con la tradición marina. Sin embargo, la cita se ha visto afectada por la continua amenaza de la lluvia, lo que ha obligado a la cofradía a meditar si se suspendía o no. “Con lo que había llovido esta noche la verdad que hemos dudado bastante. Lo hemos ido valorando en el momento, ha habido momentos en los que ha llovido un poco pero por suerte no ha causado problemas”, ha subrayado Javier Diago, presidente de la cofradía de Begoña. 

"¡Rápido, hazme una foto con la Amatxu!", exclamaba una de las personas mientras la procesión se dirigía a la Parroquia de San Jorge. Aquí fue donde se realizó un aurresku para homenajear a la Señora del Carmen. "Es mi segunda vez aquí. Es una experiencia preciosa y no he dudado en venir este año otra vez. Es una de tantas cosas únicas que tiene Bizkaia", ha explicado Maite Etxeguren, una de las fieles que ha acompañado a la Virgen. Además, ha remarcado que "es un ambiente muy bonito, sobre todo para disfrutar con la familia, hoy me van a acompañar mis nietos". Tras salir de la iglesia entre vítores ha continuado su paseo por la localidad mientras era llevada con orgullo. Con un aurresku, la virgen de Begoña ha sido despedida en el puerto con honores, donde le esperaba el barco.

Todas las personas se han congregado en las barandillas del puerto para ver lo que ha sido uno de los momentos más tensos, el montar a la Virgen en el barco sin que hubiera ningún percance. Sobre las once y media, la embarcación principal ha puesto rumbo al corazón de Bilbao. Decenas de personas se han ubicado rodeando a la virgen del Carmen para poder despedir a la Amatxu por última vez.

“Es la primera vez que vengo. En su día estaban todas las plazas agotadas, pero al final he conseguido sitio. La bajada y el aurresku me ha parecido muy bonito, ahora toca disfrutar del paseo en barco esperando que no nos llueva”, ha recalcado Irene Ortiz, una de las afortunadas que ha escoltado a la Virgen en barco. En la embarcación que ha transportado a la Amatxu se encontraban la alcaldesa de Santurtzi, Karmele Tubilla y la madre del lehendakari, Rosa Gil. 

Durante el trayecto los vizcainos se han colocado a lo largo de la ría. Desde las barandillas del paso y de los muelles cientos de personas han saludado a la Virgen peregrina con pañuelos al aire y vítores. El momento cumbre de la procesión náutica se ha vivido en el icónico Puente de La Salve, donde se ha cantado el Salve Regina. Es una recuperación de una tradición marítima, ya que los pescadores cuando volvían de la mar el primer punto donde se podía ver la basílica de Begoña era donde se encuentra actualmente el puente.

La procesión ha continuado a pie hasta llegar a la iglesia de San Nicolás, donde se ha rezado un Ave María. Sobre las tres de la tarde, la virgen peregrina ha atravesado el Casco Viejo para llegar al Museo de Pasos donde se ha dado por finalizada la cita. Durante el trayecto, la procesión ha llamado la atención de los turistas más curiosos.

“Es una iniciativa muy buena para las personas mayores o a las que no pueden desplazarse porque les acercas la Virgen a sus pueblos y pueden verla desde la ribera. Además, estéticamente es muy bonito”, ha concluido Diago.