Las obras y sus interminables plazos. Cualquiera que haya hecho una obra en casa sabe el rompecabezas que suponen y la situación se complica aún más cuando se trata de un espacio histórico. Eso es lo que le está ocurriendo al Café Boulevard dada su importancia en la villa de Bilbao y el interés de los nuevos propietarios, Félix y Aitor Parte, por mantener su esencia. "Es un local complicado", confiesa Félix, sin embargo, asegura que "todo está encarrilado", por lo que confían en poder abrir el próximo mes de julio.

El Café Boulevard de Bilbao cuenta con una 'protección integral' y tiene blindada la actividad hostelera. De este modo, los nuevos arrendadores no pueden mover ni cambiar todos los elementos del inmueble o fijos como columnas, escalares, o suelo; ni tampoco muebles como la barra o los espejos. Así mismo, deben mantener intacta la estructura del local en dos alturas. Todo ello hace que la reforma se esté realizando minuciosamente.

La reapertura del local, que se ubica en el número 5 de El Arenal, en pleno corazón de la villa, supone devolver a la capital vizcaina parte de su historia, ya que allí se reunieron, desde su apertura en 1871 y hasta su cierre en 2018, grandes personalidades de Bilbao. Por todo ello, uno de los mayores retos que presenta esta reforma es mantener el equilibrio entre preservar el carácter histórico del Café Boulevard y ofrecer una experiencia moderna y acogedora.

Una historia de cierres y aperturas

La historia de el Boulevard ha sido tan intensa como compleja. Tras unos años de esplendor y convertido en el punto de encuentro de ilustres de la época a mediados del siglo XIX, el establecimiento también pasó por una etapa de decadencia en la que se sucedieron algunos cierres incluso por impagos. Su última reapertura de puertas fue en 2013. El local reabría sus puertas, ocho meses después del cierre, con otro nombre, El Gran Mercante y, en manos de la cadena de gastrobares Gozatu. Pero los nuevos gestores no pudieron mantener abierto el local más que cinco años y se vieron obligados a apagar nuevamente las luces del histórico local bilbaino. Desde entonces, la persiana del antiguo café ha permanecido cerrada a cal y canto.

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Conscientes de esta historia, Félix y Aitor tienen claro que lo quieren "hacer bien". "Lo principal es recuperar el local para la ciudad. Y luego, respetando las características del café de época, queremos convertirlo en un local hostelero rentable. No queremos abrir y tener que cerrarlo al de poco. Vamos a hacerlo bien", aseguraba Félix a este periódico cuando saltó la noticia de que él y su hijo se habían hecho con el histórico local.

Ahora solo queda esperar a que las persianas se levanten y las luces vuelvan a encenderse en el número 5 de El Arenal de Bilbao para que el Café Boulevard siga haciendo historia.