El empresario Félix Parte pone el ojo en los locales. El resto, conseguir que funcionen, lo logra gracias a la experiencia que ha cosechado a lo largo de tantos años trabajando como hostelero. A su lado, su hijo, Aitor, otro apasionado con el que se ha metido en la aventura de reflotar ese antiguo Café, conocido tradicionalmente como Boulevard, y que lleva cuatro años con la persiana echada.
¿Ha sido difícil lograrlo?
Un poco. Hace diez años que puse el ojo en este local, pero la empresa propietaria pedía demasiado.
Con perseverancia y paciencia las cosas se pueden conseguir.
El camino recorrido ha sido complicado, pero la idea no se me iba de la cabeza a pesar de todo.
¿Cuál es su estado actual?
Cuando entré en el local y vi cómo estaba se me cayó el alma a los pies. Es una pena tener un local único en Bilbao en ese estado. Hay mucha humedad, el mobiliario está deteriorado... Da pena.
Visualizo en Bilbao esos antiguos cafés europeos convertidos en restaurante. ¿Y usted?
Lo principal es recuperar el local para la ciudad. Y luego, respetando las características del café de época, queremos convertirlo en un local hostelero rentable. No queremos abrir y tener que cerrarlo al de poco. Vamos a hacerlo bien. Queremos dar vida a un restaurante donde poder celebrar una comida, cena o tomar un buen cóctel...
¿Para eso hay que superar muchas barreras?
Es un local maravilloso, pero complicado. Por eso nosotros estamos dispuestos a poner sobre la mesa todo lo que sabemos y a invertir mucho dinero, pero necesitamos el apoyo. El apoyo del Ayuntamiento de Bilbao lo tenemos.