Dos trabajadoras de La Sinsorga ultimaban los preparativos para recibir a los y las athleticzales en la planta baja del centro cultural feminista, que funciona como bar. “Quizá deberíamos quitar los objetos delicados”, comentaba una de ellas mientras señalaba una mesita de madera sobre la que descansan varias jarras y vasos cristal. “¿Y pondremos una barra aquí?”, se preguntaba la otra, extendiendo sus brazos, como queriendo abarcar un espacio que ayer estaba ocupado por media docena de mesas altas.

En el Alisas Barri, situado a un paso de cebra del Ayuntamiento, han habilitado una pequeña barra portátil en la terraza. También un cañero, frente a una de las ventanas. Y han redoblado sus pedidos de cerveza: de tres barriles a 10. “Esperamos una afluencia importante de clientes”, preveyó Saioa Mosteiro. 

Un millón de athleticzales

Los bares y restaurantes del Casco Viejo ya están preparados para que la gabarra se cuele por sus puertas. Ayer la villa amaneció tranquila, sosegada. Pero hoy cerca de un millón de personas se darán cita en los márgenes de la ría para recibir a los jugadores, que volverán a hacer el paseillo de los campeones sobre una gabarra que vuelve a fletarse 40 años después.

“Es un día histórico”, sentenció Yolanda Ruiz (Bar Urdiña). Reconoció que es probable que las ventas no sean igualmente históricas –las del sábado sí lo fueron. Tanto es así que los locales de hostelería trabajaron “igual que un día de Aste Nagusia”, según Boni García, presidente de la asociación que defiende sus intereses–. Aún así, se prevé que “la jornada sea intensa”.

Por eso, han aumentado hasta en un 40% los pedidos de cerveza. “No es sólo un jueves, es un jueves muy importante para los vascos y las vascas”, precisó, divertida, haciendo suya la famosa coletilla del Lehendakari Ibarretxe. Victor Manuel Saínz, gerente del bar-restaurante Víctor, aseguró que están listos para dar de beber (y de comer) a todo el que se acerque hasta el local, situado a escasos metros del Urdiña, en la Plaza Nueva. “El sábado trabajamos genial”, apuntó, “y, aunque mañana [por hoy] esperemos menos gente, la gran afluencia de público repercutirá en el trabajo”, afirmó.