Exhaustas, pero felices y emocionadas. Así afrontan las periodistas Irantzu Varela y Andrea Momoitio la inauguración de La Sinsorga, el nuevo espacio que aúna cultura y ocio con el feminismo como hoja de ruta situado en la Calle Askao del Casco Viejo de Bilbao. Abrirá sus puertas color burdeos este viernes, a las 8.00 horas.
"Está saliendo todo muy bien, la gente está encantada y la respuesta es incluso mejor de la que esperábamos", ha afirmado Varela. Los objetivos que fijaron hace 18 meses, cuando ambas firmaron el contrato de arrendamiento con la antigua propietaria del edificio -que acogía una tienda de vestidos de novia- se han cumplido.
Una cámara que, además de documentar, se involucra: el proyecto de 'Al Borde Films'
Este jueves ambas han comparecido ante los medios para explicar todos los pormenores de esta nueva iniciativa. Al acto también ha acudido Paula Iglesias. Junto a Marta Gómez, ha dirigido el documental, producido por 'Al Borde Films', que recoge cómo han vivido las promotoras de 'La Sinsorga' el proceso de transformar una antigua tienda de vestidos de novia en un espacio cultural-feminista. "Nosotras también estamos agotadas -reconoció la cineasta-. Hacer un documental es duro, porque tienes que estar improvisando continuamente y modificando el guion todo el rato", ha expuesto.
El filme, cuyo estreno se prevé en las salas de cine para 2025, aúna secuencias "más costumbristas", en los que la cámara documenta todas y cada una de las partes del proceso de rehabilitación del edificio, con otras "más performativas". "Interferimos en esta realidad, en cómo se personaliza la resignificación del espacio; en cómo una tienda de novias se convierte en un espacio feminista", ha explicado Iglesias. Y es que las directoras no conciben el documentalismo de otra manera que no se ésta: "Es nuestro modus operandi. Nosotras creemos totalmente en la subjetividad, en que siempre hay una mirada; un punto de vista y en que es la creadora quien tiene que situarse en ella. Y no tratamos de ocultarlo. Nuestra mirada feminista atraviesa todos nuestros proyectos. En este caso, está en primer término", ha añadido. Irantzu, por su parte, ha señalado que el documental "tiene entidad propia". "Nos han acompañado durante todo el proceso, pero ya es una historia en sí misma", reflexiona la parodista.
En esta parte más creativa, podrá verse cómo cinco artistas de Bilbao intervienen cinco vestidos de novia y hacen sus aportaciones. Entre otras, han participado Cris Lizarraga, vocalista del grupo Belako; Alberto Sin Patrón, diseñador de moda, Julene Fatú o Nerea Torrijos. El objetivo, resignificar los vestidos; convertirlos en algo completamente distinto. "Nos apetecía que, de alguna manera, quedase algún giño a la antigua tienda", ha dicho Momoitio.
18 meses de trabajo extenuante, también contra el machismo
Convertir una antigua tienda de novias en un espacio que, desde el feminismo, aúna ocio, cultura, pensamiento y una tienda no ha sido un asunto baladí. Tanto Irantzu como Andrea reconocen que ha sido extenuante. "Ha habido momentos difíciles y hemos tenido nuestros momentos de crisis. Al menos, no los hemos tenido las dos a la vez", ha reconocido Irantzu.
Por otro lado, la idea original de las creadores fue la de involucrar únicamente a mujeres en todas las partes del proceso de rehabilitación. "Ha habido cuestiones que tienen que ver, por ejemplo. con la instalación de alarmas para incendios en las que hemos tenido que llamar a una empresa, y ésta trae a su gente. Al final, ahí no tienes muchas posibilidades de intervenir", ha explicado Andrea Momoitio.
Pese a este tipo de situaciones, el resto del trabajo ha sido realizado "por el equipo de mujeres" de La Sinsorga, capitaneado por la arquitecta Iratxe Marián. "La manera de trabajar de las currelas en comparación con las empresas no ha tenido nada que ver. Hasta en la manera de relacionarse con nosotras ha habido muchísima diferencia", ha subrayado Irantzu.
Al respecto, también ha señalado que La Sinsorga ha tenido que enfrentar situaciones un tanto desagradables. "Nos han cuestionado muchísimo. Todos los tópicos de tíos haciendo obras se han acabado cumpliendo", ha apuntado. "Para algunos éramos chavalitas jugando a hacer casitas", ha denunciado. En ese sentido, ambas se aquejan de que algunos de estos hombres han cuestionado constantemente su trabajo. "Y no solo a nosotras, también al personal más técnico como la arquitecta. ¡Pero vamos a ver!, ¡es ella quien sabe!", ha añadido su socia y compañera.
Por eso, ha habido ocasiones en las que han tenido que imponerse. "Somos muy conscientes de que son casos excepcionales, pero ha sido así", ha zanjado Varela.
Hostelería, 'concept store', espacios para la formación y para las 'sinsorgas'
El feminismo es, precisamente, el hilo que teje 'La Sinsorga'. El edificio que acoge el proyecto, construido en 1909, está dividido en cuatro espacios. La planta baja, en la que se desarrollado la rueda de prensa, es El Garito. "Aquí es donde se puede venir a tomar o a picar algo y pasar un buen rato", ha descrito Varela. Se servirán desayunos, comidas y cenas, y todas las viandas corren a cargo de Sustraiak, una cooperativa de comida agro-vegana gestionada por mujeres.
En la segunda planta es donde está situada una 'concept store', aunque éste, según una socarrona Irantzu, no es un término que del agrado de su compañera de viaje. "Lo que tienen en común todas las cosas que se venden aquí es que están hechas por mujeres o colectivos feministas con criterios de sostenibilidad", ha explicado la periodista y activista. La oferta es variada. Los expositores muestran desde productos textiles y bisutería, libros y vinos hasta dildos de cerámica artesanales.
La tercera planta del edificio es un espacio de "concurrencia pública", pensado para acoger diferentes actividades como charlas, presentaciones o talleres feministas. "Ya tenemos una actividad de Zinegoak planeada para este sábado", ha anunciado Momoitio. Eso sí, se llevará a cabo en la planta baja, porque este espacio todavía no está en uso. Cuando lo esté, planean "hacer un programa cultural y feminista muy potente". "Creemos que están haciendo cosas muy interesantes divertidas y profundas desde esa perspectiva", ha apostillado Varela.
Por último, en la última, La Ganbara es el espacio para las socias de La Sinsorga. Según sus fundadoras, ya han atraído en torno a 300 'sinsorgas'. Su ayuda ha sido clave en muchas partes del proceso de rehabilitación. Gracias a su ayuda, Irantzu Varela y Andrea Momoitio han podido materializar su idea, la de crear el espacio en el que siempre han querido estar. "Es exactamente lo que queríamos y como lo queríamos. Ya está aquí", ha asegurado Momoitio.