Los partidos de la oposición en el Ayuntamiento de Bilbao mostraron ayer lunes su preocupación por el posible “efecto frontera” que la puesta en marcha de la Zona de Bajas Emisiones puede tener en los barrios colindantes, “que pueden ver cómo se incrementa el tráfico”. La ordenanza que regulará la futura ZBE de Bilbao comenzó ayer lunes la tramitación para su aprobación por el pleno municipal, con la presentación en comisión del anteproyecto. Hoy se abre un plazo de diez días laborales, hasta el 14 de noviembre incluido, para la presentación de alegaciones y enmiendas, por lo que el texto definitivo y algunas de las medidas podrían variar. De hecho, la concejala de Movilidad y Sostenibilidad, Nora Abete, invitó a los grupos a “enriquecer” la ordenanza con sus aportaciones.

Plano de la futura Zona de Bajas Emisiones de Bilbao. BILBAO UDALA

Desde EH Bildu, su portavoz María del Río fue la primera en manifestar su “miedo” a que el cierre al tráfico de la zona centro de Bilbao “vaya a intensificar el tráfico en otros espacios de la ciudad como Zabalburu, Basurto, Deusto... Nos preocupa que se esté promoviendo ese Bilbao a dos velocidades”. Además, lamentó que se la ordenanza que se ha diseñado vaya a “requisitos mínimos”, ya que supone un “elemento de oportunidad” para avanzar en otros ámbitos como el urbanístico. “Se podría aprovechar para mejorar los entornos escolares, potenciando los caminos seguros, renaturalizando espacios...”, planteó. La portavoz de EH Bildu también cuestionó cómo afectará esta ZBE a proyectos que están en marcha, como la ampliación del parking del Ensanche o el horario intensivo de la nueva OTA.

Por su parte, Esther Martínez (PP) cuestionó los datos actuales de tráfico y contaminación en los que se basa la ordenanza, “tomados durante 19 días en julio de 2022. No creo que está suficientemente acreditado y que se conozca bien el punto de partida”, consideró. Tras coincidir en las dudas sobre la afección a los barrios colindantes, la portavoz popular también se preguntó por qué algunas medidas, como la aplicación de las restricciones a otras zonas de Bilbao en momentos puntuales, se podrán establecer mediante decreto de Alcaldía –esto es, sin debatirse y aprobarse por todos los partidos– o cada cuánto se revisará la ordenanza para realizar ajustes si fuera necesario.

Finalmente, Ana Viñals (Elkarrekin Bilbao) criticó que “vamos tarde” en la puesta en marcha de esta zona de tráfico restringido –en comparación por ejemplo con Madrid o Barcelona–, subrayó la importancia de una buena campaña de sensibilización con la ciudadanía y apostó por ampliar su radio de acción. “Debería ser un primer paso y extenderse a toda la ciudad”.

En sus respuestas, Abete afirmó que “el aire no tiene puertas”, por lo que la mejora de la calidad del aire se notará en toda la ciudad; negó que se vaya a producir ese efecto frontera, ya que así lo demuestran los estudios de tráfico que han realizado y recordó que se acompaña de otras “ocho medidas” para reducir la contaminación. Además, admitió que los coches “no van a desaparecer” por lo que se deben habilitar plazas en parkings subterráneos, despejando así el espacio público para el peatón, y anunció que la ordenanza se revisará cada dos años e irá acompañada de una campaña de “en positivo”.