El resurgimiento de los vinilos es algo que, según uno de los propietarios de Power Records, Jon Barrosa, tiene “muchos factores” que “inciden en el proceso”. “La devaluación de los formatos físicos como el CD. Y, por otro lado, un tipo de tendencia o moda hacia el vinilo”, comenta Barrosa. En el Estado se venden alrededor de 1.706.000 discos de vinilo al año, de acuerdo a un informe de Promusicae. Esto es un cambio importante en comparación a las cifras de 2012, cuando sólo se vendieron 135.000 vinilos.

“Hay gente que está descubriendo el vinilo y su sonido con un buen aparato tiene sus virtudes, aunque la mayoría de la población escucha la música en streaming” —añade— “Los vinilos se fabrican casi a demanda. Ha habido casos en los que ciertos discos se han agotado en una semana recién salidos y luego han pasado meses para tener la posibilidad de conseguirlos”.

Barrosa también expone que la guerra en Ucrania sí ha afectado el aumento de precio por la falta de determinados materiales, pero que “ya había un problema original” relacionado con que la mayoría de las fábricas de vinilo, cuando éste “cayó en picado”, casi “desaparecen”. Al quedar pocos y luego enfrentarse a un alto momento de demanda, ocasionó que los vinilos “subieran de manera escandalosa”. Power Records también pasó por momentos difíciles. “Lo superamos con paciencia, cabezonería y la ayuda de nuestras familias en los momentos más duros. Durante mucho tiempo hemos estado sin cobrar y pagando lo justo, manteniéndonos por amor al arte, como suele decir”, expresa.

Levantarte, darle la vuelta al disco, poner la aguja

“La escucha del LP requiere una actitud diferente porque debes estar en ello y levantarte, darle la vuelta al disco, poner la aguja… Con lo otro solo pulsas el mando a distancia y ya son 60 o 70 minutos en el que te puedes despreocupar. Son situaciones diferentes. Yo creo que todo está bien, no hay que eliminar ninguno de los formatos porque cada uno debe buscar su lugar”, opina el copropietario de Power Records, quien junto a Javier Artolozaga, dirige la tienda.

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Vinilos de Rosalía, Gatibu o Nathy Peluso, made in Urduliz Pablo Viñas

Barrosa señala que hay factores del “formato” que deben tomarse en cuenta. En ocasiones las personas compran un tocadiscos con una “calidad ínfima”, para luego comprar el vinilo y darse cuenta de que el sonido “no es especialmente bueno”. “Esa experiencia ya no es la ideal y hay que tener cuidado con esas cosas”, afirma. Además de indicar que el sonido del vinilo con un “buen reproductor” es diferente porque suele ser “más cálido”. Incluso para él, que lleva años entre montones de vinilos, es “difícil de explicar”. 

Así se fabrican los vinilos made in Bizkaia

Así se fabrican los vinilos made in Bizkaia Pablo Viñas