Si hay un punto de control conocidos por los conductores es el compuesto por dos radares ubicados en el entorno del polideportivo de Txurdinaga. Uno de ellos es una cabina que controla que la velocidad del tráfico en dirección al centro de Bilbao no sea mayor de 50 kilómetros por hora. El otro ejerce la misma función con la cualidad de que el cajón está ubicado en altura y coteja los vehículos que circulan en ambos sentidos.

José Julio González Zamanillo afirma que “se colocaron en 2006 y fueron los primeros fijos en Bilbao porque ese era un punto negro con fallecidos todos los años”. Tras más de tres lustros funcionando “son la prueba real de que ese radar ha salvado vidas porque desde entonces no se ha registrado ni una víctima por exceso de velocidad en este tramo”.

Concreta que “es la prueba de que no tenemos afán recaudatorio con estos radares, como dice muchas gente. Yo digo que lo que recauda son vidas humanas”

El jefe policial recuerda como “primero se colocaron la casetas y mientras hacíamos mediciones ya bajo la velocidad media. Tuvimos una temporada sin tramitar denuncias y cuando vimos, dos años después, que se estabilizó la velocidad a los 50 kilómetro por hora requeridos se empezó a sancionar”.

Un vistazo a cualquier hora del día de este tramo viario avala que la velocidad del tráfico es la adecuada y nadie supera la límite permitido para evitar la multa correspondiente. Hay que tener en cuenta que la vigilancia está operativa las 24 horas del día, y que se controlan 1,3 millones de vehículos al año.