Todavía queda un tiempo para que La Casilla y toda su área de influencia vuelvan a latir acompasados. Hasta 2026 si toda va según los planes diseñados para que ese populoso distrito recupere pulso comercial, hostelero, de ocio, cultural... Una nueva vida que incluye ganar espacio para viandantes o, lo que es lo mismo, quitar espacio a los vehículos. Una transformación integral que se irá haciendo visible a medida que avance la metamorfosis del pabellón de La Casilla y la plaza aledaña.

A finales de este año podría empezar a hacerse realidad la repetida demanda vecinal para resucitar el callejero del entorno no solo los fines de semana. Las acciones urbanísticas a pie de calle contribuirán a humanizar la zona; principalmente gracias a la eliminación de asfalto y al encaje en esa trama urbana de bancos, zonas ajardinadas y otros elementos que se irán alternando en una y otra acera de Autonomía que contribuirán a dar un nuevo aire al espacio en cuestión.

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Sistemas modulares a implantar en la calle Autonomía de forma alterna para ganar espacio peatonal. Bilboko Udala

El resultado más evidente será la reducción del ancho de calzada. Quedarán dos carriles de circulación en el sentido plaza de La Casilla- Zabalburu y un carril de circulación en el sentido Zabalburu-plaza de La Casilla. “El planteamiento municipal es desarrollar este proyecto a lo largo del año y abordarlo junto con la actuación de la nueva Casilla”, apuntó ayer el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto.

Esta intervención en la calle Autonomía será temporal, hasta que el cierre del anillo tranviario transforme de forma definitiva la zona. Y no será la única, porque según detalló Asier Abaunza, también está entre los planes municipales “dinamizar la actividad económica, comercial y social” en el entorno de la calle Labayru y la zona baja de Irala, así como la amabilizar la calle Gordoniz, en el tramo comprendido entre Autonomía y la Avenida del Ferrocarril.

Según coincidieron ambos, el proyecto que plantea el Ayuntamiento para La Casilla “trasciende con mucho la instalación deportiva” y se presenta como un punto de inflexión para el futuro de Ametzola, Rekalde e Irala. En total, alrededor de veinte mil personas residentes en el área de influencia del pabellón que dibuja un nuevo futuro para la zona. Una infraestructura que seguirá manteniendo su espíritu deportivo (piscina, fitness...) y que además quiere ofrecer “nuevas oportunidades de ocio y disfrute nocturno” como veladas de boxeo o conciertos, tal y como ya se hacía años atrás.

Los planes municipales no incluyen la concesión de licencias para otro tipo de actividades de ocio nocturno vinculadas a la hostelería. Es decir, nada de discotecas ni salas de fiesta en el nuevo edificio que coronará la plaza y que aspira a convertirse en la gran bisagra del barrio. El Informe de Viabilidad presentado ayer para esa nueva Casilla -y alrededores- abre otro tiempo de oportunidades para la zona. Los pliegos del concurso de concesión podrían estar para finales de junio o principios de julio y a partir de ahí, y una vez adjudicado, previsiblemente hacia finales de año, el plazo estimado para la redacción del proyecto básico y de ejecución, así como la construcción será de 24 meses.