Luis Arbiol es la tercera generación de la tienda Ultramarinos Gregorio Martín, un negocio de alimentación puesto en marcha por su tío Gregorio en plena Siete Calles de Bilbao en el año 1931. Arbiol estudió una carrera, concretamente Ingeniería de Minas, pero aquellos recuerdos de niño cuando ayuda a su padre a hacer el inventario en la tienda le marcaron para siempre. “Cuando acabé de estudiar les dije: Yo me quiero dedicar a la tienda”. Desde entonces, Luis tomó las riendas de un comercio por el que han pasado generaciones y generaciones de familias para comprar bacalao, legumbres a granel, conservas... “Ahora atiendo a clientas que vinieron siendo niñas a comprar bacalao con sus abuelas. Es maravilloso", comenta emocionado, Luis Arbiol.

En el número 22 de Artekale y con la bacalada colgada de la fachada, comienza la historia de Ultramarinos Gregorio Martín en pleno Casco Viejo de Bilbao. Tal y como relata el propio Arbiol, el bacalao siempre ha sido la esencia del negocio, a pesar de que durante la guerra se tuviese que transformar en frutería. Al término de la guerra, el negocio volvió a sus orígenes, siendo desde entonces el bacalao su producto estrella. Actualmente, además de vender el bacalao de diversas maneras (salado, desalado, cocinado por encargo…), disponen de una amplia gama de legumbres, conservas y ultramarinos.

Te puede interesar:

El negocio nunca se ha movido de ese local, con casi 100 años de historia, en el establecimiento centenario se puede seguir contemplando el suelo y las vigas originales con las que el tío abuelo de Luis comenzó el negocio. Un lugar en el que los bilbainos y las bilbainas siguen haciendo cola cada Navidad para degustar uno de los productos estrella de la gastronomía vasca. Luis Arbiol prefiere no pensar en el futuro de su tienda de ultramarinos, pero es consciente de que las nuevas generaciones prefieren formarse y dedicarse a otras cosas. Él lo tuvo claro, pero los tiempos han cambiado. “Antes arriesgabas, pero ganabas más, mientras que ahora es muy sacrificado, hay que meter muchas horas y las ganancias no son como antes”, apunta. Según Arbiol, a la gente le cuesta cada vez más cocinar y los cambios de hábitos afectan a negocios de venta de productos tradicionales. “Los abuelas y madres cocinaban más, ahora destinamos el tiempo a otras cosas”.

Bilbao homenajea a sus comercios centenarios

Bilbao homenajea a sus comercios centenarios Ayuntamiento de Bilbao