Tras nueve días y nueve noches que han convertido esta Aste Nagusia en una edición de récord, la villa empieza a retomar su ritmo habitual.

El broche final lo puso ayer la indiscutible reina de las fiestas, Marijaia, quien ayer se despidió 'on fire' y rodeada del cariño de los bilbainos y bilbainas.

Este lunes, los operarios han iniciado las labores de desmontaje del recinto festivo: txosnas, carpas, escenarios, etc.

No obstante, las atracciones y barracas seguirán disponibles para todos los públicos hasta el próximo 4 de septiembre.