Bilbao - Por ella, por vosotras y por todo el mundo. La marea rosa inundó ayer las calles de Bilbao en la carrera solidaria contra el cáncer de mama. Procedentes de diversos rincones de Bizkaia, desde Getxo hasta Berriz, por ejemplo, miles de personas se congregaron en las inmediaciones de la explanada del Museo Guggenheim -lugar de salida y llegada- mucho antes de la hora prevista para el inicio de la carrera. Así, desde primera hora de la mañana, la capital vizcaina se llenó de camisetas rosas que caminaban con celeridad en dirección a la pinacoteca bilbaina. “Hemos venido toda la cuadrilla desde Lutxana, Barakaldo, porque es un acto solidario que hay que apoyar”, destacó la barakaldarra Ana Pote, que junto a sus amigas se presentó en la línea de salida con mucha energía y dispuesta a cubrir todo el recorrido.

Un manto gris cubría el cielo del botxo minutos antes de que se diera el pistoletazo de salida. Una temperatura agradable, buen ambiente y, sobre todo, mucha ilusión y compromiso fueron los ingredientes principales de una carrera que cuenta con un amplio respaldo popular. No en vano, el cáncer de mama es algo que atañe a todo el mundo. “Normalmente el cáncer de mama se asocia exclusivamente a la mujer pero 1 de cada 100 casos se produce en un varón”, señalan desde Acambi, la Asociación de Cáncer de Mama de Bizkaia, entidad promotora de la carrera solidaria. Por esta razón había miles de motivos para sumarse a la marea rosa. Luchar contra el cáncer de mama, prestar apoyo a esta noble causa, respaldar a familiares, amigos o vecinos que sufren la enfermedad y luchan cada día contra ella o, simplemente, disfrutar de una fiesta solidaria y reivindicativa. Cualquier motivación era buena con tal de teñir Bilbao de rosa. “Venimos todos los años, no faltamos nunca”, señaló Mari Mar Serna, quien acudió junto a Alba Jiménez, Consuelo Serna, Mari José Gómez y Josetxu Pichel desde Alonsotegi.

Bilbao, Monocromo En familia, en cuadrilla, en pareja o a título individual. Nadie quiso perderse la cita. Incluso, hasta los canes portaron prendas rosas como muestra de apoyo. Y es que ayer solo había un color en Bilbao: el rosa. Camisetas, pulseras, bolsas, pañuelos, gafas, etc., cualquier objeto era apropiado para sumarse a la causa. Todos a una para luchar contra la lacra del cáncer de mama. Cada uno aportando su granito de arena y respaldando la lucha con su presencia. Inquebrantables. Porque como bien dicen desde Acambi “con muchos pocos se hace una gran labor, vuestras aportaciones nunca son pequeñas”.