BILBAO - La unanimidad que conseguida hace apenas veinte días en el Pacto por la Seguridad no se repitió ayer a la hora de aprobar la Carta de Valores de Bilbao, a pesar del trabajo conjunto realizado por todos los grupos y el deseo del alcalde de repetir esa foto de consenso con todos los partidos en un tema que pretende ser una seña de identidad de la ciudad. El equipo de gobierno contó los votos a favor del PP, mientras que EH Bildu, Udalberri y Ganemos votaron en contra.

Esta Carta de Valores es una idea del alcalde, Juan Mari Aburto, que está en periodo de elaboración desde hace más de un año con la colaboración de la Universidad de Deusto y mediante un proceso participativo en el que han intervenido 1.400 personas. El documento recoge 17 valores que deben estar “presentes en el día a día” de la sociedad bilbaina, encabezados por “el respeto a los derechos humanos” como valor principal a preservar y alrededor del cual se sitúan otros como la “justicia social”, la “igualdad entre hombres y mujeres”, la “solidaridad” y la “diversidad e inclusión”.

El resto de los valores enumerados en la Carta son: el compromiso, la sostenibilidad medioambiental, la convivencia, la identidad, el esfuerzo, la corresponsabilidad, la participación, la confianza, la creatividad, la honestidad, la ilusión y la salud.

El alcalde se mostró “orgulloso con la ciudadanía por su participación en la Carta”, que definió como un “proyecto ambicioso y pionero” que sitúa a Bilbao “a la cabeza de las ciudades”. En este sentido dijo que “no es la Carta del alcalde, ni del equipo de gobierno, ni siquiera del Ayuntamiento, sino que es de la gente de Bilbao, ya que ha surgido tras un proceso participativo a todos los niveles”.

Aburto añadió que el documento, con el que se quiere “vertebrar la convivencia en la capital vizcaina, es un eslabón más de una cadena que continúa para que Bilbao sea una ciudad de valores”. Para el alcalde, “era la ocasión de haber dejado a un lado las estrategias políticas y de haber tenido altura de miras para hacer juntos las ciudad con mayúsculas”.

La concejala de EH Bildu Izaskun Guarrotxena se mostró contraria a la Carta de Valores al considerar que es un “bluf” y una “farsa” que “va a quedar en papel mojado”. La portavoz de Udalberri, Carmen Muñoz, dijo que “es una especie de catecismo moderno” y expresó su oposición al proyecto al entender que “solo pretende un maquillaje social y un marketing político”, cuando, a su juicio, “más que valores, se necesitan proyectos concretos que fomenten la humanidad”.

Samir Lahdou, portavoz de Goazen, estimó que la Carta de Valores se quedará “en papel mojado” y se opuso a compartir valores “con partidos que no los cumplen” y cuyos valores “son seguir con la privatización de servicios y continuar permitiendo la precariedad laboral”.

La concejala del PP Beatriz Marcos expresó su respaldo a la Carta al tratarse de “un catálogo de valores que ha sido consensuado”, aunque “echó en falta” un valor propuesto por su partido: “el respeto en sí mismo”.

La edil responsable de Participación y Distritos, Gotzone Zaldunbide (PNV), defendió el proceso participativo desarrollado, con una encuesta a 1.200 personas y unos foros en los que intervinieron 170 personas “de 25 ámbitos diferentes”. Zaldunbide señaló que “no son justos los reproches” de los grupos de la oposición a la Carta.

La Carta de Valores incluye un compromiso para la elaboración de un Plan de Desarrollo de Valores, a través del cual se especificarán las acciones a llevar a cabo, y para la creación de una Comisión Ciudad de Valores, integrada por representantes políticos y sociales, para el seguimiento y evaluación de las actuaciones.