Perfil: Ibon Areso, una carrera dedicada a la transformación urbanística de Bilbao
BILBAO. Hombre de confianza de Iñaki Azkuna, al que sucede como alcalde, Areso, de 70 años y natural de Bilbao, es una persona discreta, con un perfil más técnico que político, que lleva 23 años como concejal de urbanismo y, como tal, ha tenido un papel relevante en la modernización de la ciudad.
Más años aún, 27, acumula Areso en el ayuntamiento bilbaino, ya que accedió al consistorio en 1987 para dirigir la elaboración del Plan General de Ordenación Urbana, donde se comenzó a diseñar el nuevo Bilbao.
De esta forma, Areso, arquitecto de profesión, ha tenido oportunidad, a lo largo de estas casi tres décadas, de conocer al detalle el planeamiento, desarrollo y materialización de todos los proyectos que han contribuido a la transformación urbana de la capital vizcaina, con obras emblemáticas como el museo Guggenheim, el Palacio Euskalduna o el metro de Bilbao.
Como primer teniente de alcalde, Areso ya había asumido con anterioridad temporalmente la Alcaldía cuando en ocasiones Azkuna había tenido que hacer un paréntesis en su actividad para recibir tratamiento o ser sometido a alguna intervención quirúrgica.
Después de veinte años como concejal, cuando ya pensaba en una retirada, Azkuna le pidió en 2011 que le acompañara en su cuarto mandato al frente de la ciudad y Areso aceptó.
El nuevo alcalde es un trabajador infatigable y un gran conocedor de la maquinaria interna del consistorio.
Ha sido uno de los integrantes del estrecho círculo de colaboradores de Azkuna que se han hecho cargo de la gestión municipal desde que se agravó la salud del anterior alcalde, junto con el director de Alcaldía, Andoni Aldekoa, y los otros dos tenientes de alcalde de la ciudad, Ibone Bengoetxea -presidenta de la asociación de municipios vascos, Eudel- y José Luis Sabas.
Su carrera ha estado dedicada por completo al urbanismo y ya en 1983, cuando se produjeron las graves inundaciones en Bilbao, Areso era delegado de Urbanismo del Gobierno vasco en Bizkaia, cargo desde el que trabajó en la reconstrucción de la ciudad tras la riada.
Estaba al cargo de la Viceconsejería de Ordenación del Territorio del Ejecutivo autonómico cuando fue llamado por el ayuntamiento bilbaino, no como edil en un principio, sino como director de la Oficina Municipal del Plan del Ayuntamiento de Bilbao, creada para la elaboración del nuevo Plan General de Ordenación Urbana.
Areso se estrenó como concejal, del PNV, en 1991, cuando accedió a la alcaldía Josu Ortuondo, que le nombró concejal de Urbanismo, por lo que en la actualidad cumple su sexta legislatura como edil (dos con Ortuondo y seis con Azkuna).
El nuevo alcalde ha sido también presidente del Consorcio de Aguas de Bilbao, una labor de la que se siente especialmente orgulloso al haber contribuido desde ese puesto a la limpieza y saneamiento de la ría, otrora una "cloaca navegable" y hoy un cauce recuperado en el que se pescan lubinas y lenguados.
Consejero de la sociedad interinstitucional Bilbao Ría 2000 desde su fundación, el nuevo alcalde también ha presidido el Consejo de Administración de la Sociedad Urbanística para la Rehabilitación del Casco Histórico de Bilbao, Surbisa.
Al inicio de la presente legislatura, deseoso de dar paso a savia nueva, quiso dejar la cartera de Urbanismo, por lo que Azkuna le nombró coordinador de Política Económica y Planificación, aunque el paso de Ricardo Barkala -edil de Urbanismo al comienzo del mandato- al Gobierno Vasco obligó a Areso a recuperar la concejalía de la que se ha ocupado todos estos años.
Poco amigo de exponerse ante las cámaras, de la vida social y de los discursos, el resto de ediles destacan su perseverancia y vehemencia en los debates políticos.
Ibon Areso culminará ahora su carrera política como alcalde de Bilbao tras el fallecimiento de Azkuna, aunque es seguro que hubiera deseado acceder al cargo en otras circunstancias y no para sustituir a su "amigo" y "líder" de la ciudad.