Bilbao. Pacha Lounge Bilbao lleva varias semanas cerrado. La discoteca ubicada en la calle Luis Briñas no abre sus puertas y, hasta ayer, en la entrada del local, un cartel informa a sus clientes de que el establecimiento permanecería "cerrado temporalmente", sin detallar los motivos. Ni comidas, ni copas, ni música, ni gente guapa. Nadie sabe nada. Incluso los vecinos del inmueble donde se ubica esta afamada discoteca -que todavía no ha cumplido ni un año desde su inauguración- se extrañan del misterioso cierre, aunque reconocen vivir "más tranquilos".

"Después de los problemas que tuvimos con el ruido y por lo que el Ayuntamiento les retiró la licencia, ha vuelto a estar abierto un día sí y cuatro, no. No tenemos ni idea qué ha pasado. De vez en cuando vemos que entra un electricista y luego sale y punto. Ni música, ni ruido, ni gente. Pacha esta cerrado a cal y canto", describe uno de los vecinos.

El Ayuntamiento de Bilbao tampoco tiene constancia de que este local haya cerrado, ni que se estén llevando a cabo obras que justifiquen el cierre temporal.

Las cerezas rojas -marca inconfundible de esta discoteca- no brillan como el día de su inauguración oficial, el 8 de abril de 2011. La discoteca Pacha Lounge Bilbao organizó una gran fiesta local, pero sin la celebrity Paris Hilton que, por problemas de agenda, pospuso su visita a la villa hasta junio. Pese a que la rubia heredera -la más deseada de los empresarios nocturnos - dio plantón a Pacha Bilbao, el recinto bilbaino abrió el local con una fiesta en la que reunió a la gente guapa de la villa; políticos y famosos fueron los anfitriones de un establecimiento que en un año ha estado más veces cerrado que abierto.

De hecho, Pacha estrenó su periplo nocturno sorprendiendo a los bilbainos con Ferraris, Hummer y Porsches aparcados a la puerta con la intención de levantar la noche de Bilbao. Pero los planes no siempre salen según lo previsto. Desde que el 21 de octubre Pacha Bilbao recuperase la licencia de actividad tras superar los controles de ruido realizado por los técnicos del Consistorio bilbaino, su actividad ha ido perdiendo fuerza. "Empezaron con ganas, con mucho ruido, pero se han desinflado rápido. Hay quien dice que hay problemas entre los dueños del local y mientras que no se pongan de acuerdo estará cerrado", explica un vecino de Luis Briñas.

En cualquier caso, los fieles seguidores de este tipo de establecimientos tendrán que conformarse con ver en la fachada la figura de las dos cerezas rojas, pero, eso sí, sin tanto glamour y brillo.