Arrestan un "camello" en Irala tras la denuncia vecinal
El sentimiento de "miedo" ante los toxicómanos que le visitaban para abastecerse llevó a la delación
Bilbao. El primero de cada mes y el día quince acudía religiosamente a firmar en un juzgado de instrucción de Bilbao. De este modo, el juez tenía controlado a F.C.S., un vecino de Bilbao originario de Guinea Bisau que tiene pendiente un juicio por tráfico de drogas. En breve, serán dos. Y es que el miércoles, agentes de la unidad de drogas de la Policía Municipal le detuvieron en su propia casa, donde hallaron medio kilo de heroína y cien gramos de cocaína.
Los vecinos del arrestado, del barrio de Irala, dieron el aviso a la Policía. "Se quejaban de que en el portal entraban todos los días toxicómanos. Sentían miedo e inseguridad, por eso nos llamaron", explican fuentes de la investigación. La unidad de drogas no tardó en abrir un dispositivo y, a pesar de que seguirle fue complicado, "dado que tomaba muchas precauciones", finalmente le detuvieron. El arrestado tiene 35 años y había alquilado una habitación de una vivienda, cuya propietaria también es de origen subsahariano y que para poder pagar la hipoteca tuvo que subarrendar el resto de estancias de la casa.
En la habitación del detenido, los agentes encontraron más de 1.000 euros en billetes pequeños y resguardos de envío de dinero a su país de origen. El hombre, como es habitual entre los camellos subsaharianos, no consumía droga y buena parte de las ganancias las reenviaba a su familia.
Sus clientes eran los "típicos toxicómanos de Bilbao", por lo que no pasaban desapercibidos ante los residentes de Irala. "Muchas veces, los vecinos son los mejores informadores, porque sus ojos detectan el mínimo cambio en su edificio", añaden las mismas fuentes.
Esta es la segunda detención de F.C.S. en relación al tráfico de drogas, aunque el juez de guardia no había decretado su ingreso en prisión provisional en el mediodía de ayer.
Además de la droga y del dinero, los agentes también se incautaron de numerosos objetos robados en su habitación de alquiler, como joyas, ordenadores portátiles, cámaras digitales y móviles. También decomisaron todos los útiles que el detenido poseía para cortar y distribuir la droga en pequeñas cantidades. Así como los dos teléfonos móviles que utilizaba para ponerse en contacto con sus clientes.
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