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El PAOK Sports Arena, un auténtico infierno en plena tierra

El recinto hizo honor a su fama de cancha volcánica desde más de dos horas antes de la cita

El PAOK Sports Arena, un auténtico infierno en plena tierraACHILEAS CHIRAS

No fue casualidad que la llegada del Surne Bilbao Basket al PAOK Sports Arena coincidiera prácticamente con los acordes de Highway to Hell de AC/DC y Welcome to the Jungle de Guns N’Roses. Porque eso es, ni más ni menos, el recinto de Salónica, un auténtico infierno en plena tierra, una jungla deportiva que desde más de hora y media antes de que el primer balón de la vuelta de la final de la FIBA Europe Cup se lanzara al cielo registraba ya más de tres cuartos de entrada y un nivel de decibelios ensordecedor.

Tras un traslado hasta el recinto que se llevó a cabo acompañado por una llamativa y numerosa escolta policial (no faltaron las peinetas de los aficionados por el camino), la afición local quiso hacerse notar desde el principio para marcar territorio. Recibió a los hombres de negro con gritos de “puta Bilbao” y con lanzamientos de rollos de papel higiénico a la zona donde los pupilos de Jaume Ponsarnau realizaron sus ejercicios de calentamiento. Incluso cayó algún rollo de papel de máquina registradora que, en caso de impactar en alguien, podría haber provocado daños.

Sin embargo, pese al ambiente hostil, los aficionados del Surne Bilbao Basket también se hicieron notar para aportar calor y respaldo a los suyos, aunque sus gritos de ánimo al equipo eran inmediatamente sepultados por la hinchada rival. Eso sí, tampoco faltó el buen rollo y se produjo el tradicional intercambio de bufandas entre seguidores de ambos sectores. El ambiente fue caldeándose con el paso de los minutos, vivió un primer punto álgido con la presentación de ambas formaciones y durante el transcurso de la contienda fue algo extraordinario. Como era de esperar, uno de los momentos de mayor efervescencia se produjo cuando el choque se disponía a vivir su salto inicial. Con los dos pívots ya preparados llegó el lanzamiento masivo de papel a la cancha procedente sobre todo desde ambos fondos, que obligó a retrasar el arranque de la contienda para regocijo de los aficionados locales, satisfechos con el resultado. Tras un parón que entraba dentro de lo previsto, finalmente pudo disputarse la final, que se llevó a cabo con la zona de aficionados de Bilbao protegida con antidisturbios y un sector de hueco entero. Aunque después, cuando el título de la FIBA Europe Cup ya estaba camino a Bilbao, el PAOK Sports Arena aplaudió a los campeones.