Miércoles de histórica gesta deportiva para catapultarse a la segunda final continental de su historia y sábado de encuentro digno de matrícula de honor para dejar prácticamente asegurado ese objetivo que año tras año marca Jaume Ponsarnau como principal: ser uno de los 16 mejores equipos de la “competición que nos da de comer”. Así ha transcurrido la perfecta semana de un Surne Bilbao Basket que ha sabido hacer de la necesidad virtud, adaptarse a la carrera a la ausencia de sus dos pívots -Tryggvi Hlinason y Marvin Jones- para someter con brutal autoridad (96-78) a un Dreamland Gran Canaria con parte de su mente y sus fuerzas pendientes de la final de la Eurocup que arrancará el martes y que solo fue superior a los de Jaume Ponsarnau en los siete minutos iniciales de la contienda.
A partir de ahí, monologo de los hombres de negro, que sobrevivieron a un tempranero 14-24, lanzaron un demarraje contundente con un 19-4 entre el tramo final del segundo cuarto y el arranque del tercero (del 44-42 al 63-46) y ya no volvieron a mirar atrás. Los de Jaka Lakovic ni siquiera llegaron a inquietar en el luminoso pues no se acercaron más allá del 75-66 con el acto final ya en marcha.
No lo lograron porque los anfitriones jugaron un encuentro de muchísimos quilates en la faceta ofensiva e intenso y solidario atrás, sabedores de que elevar la temperatura de la cita podía amilanar al rival al afrontar en menos de tres días un encuentro de enorme trascendencia. Así ocurrió. Con un celebrado 45% en triples (14 de 31) y un excelente 59% en las distancias cortas e intermedias (19 de 32), los de Ponsarnau dispusieron de fuentes de anotación continuas, variadas y fiables.
Con Muhammad-Ali Abdur-Rahkman abriendo fuego con 12 de sus 17 puntos (y cuatro de sus cinco triples) antes del descanso, Tomasz Gielo se creció tras el descanso (sumó 13), mientras que Malcolm Cazalon explotó en el acto final con la mitad de sus 18 puntos, con dos triplazos incluidos para desactivar el mencionado 75-66. Zoran Dragic sumó aportación continuada en ataque (15 puntos) y Amar Sylla y Bassala Bagayoko volvieron a mezclar eficacia y espectacularidad para tapar las ausencias interiores. El conjunto vizcaino pudo jugar además al galope en muchas ocasiones cuidando muy bien de la bola (solo diez pérdidas) y acabó sumando un brutal 20-2 en lo referente a los puntos al contraataque.
PROBLEMAS DE INICIO
Y eso que la entrada en escena del conjunto vizcaino fue algo fría, sufriendo en defensa al comparecer sin demasiada intensidad. Los de Lakovic encontraron demasiadas facilidades para anotar, tanto poniendo la bola en manos de Mike Tobey debajo del aro o percutiendo desde la larga distancia de la mano de un John Shurna muy atinado. A Ponsarnau no le quedó más remedio que detener el choque con el 9-17. Pese al segundo triple de Abdur-Rahkman, el Gran Canaria no tardó en fabricar su primera renta de dobles dígitos (14-24), pero el Surne Bilbao Basket no acusó el golpe. Su rendimiento mejoró con la entrada de los jugadores de banquillo y al término de los diez primeros minutos se llegó con un 26-30.
Con Cazalon como ejecutor y también facilitando canastas, los hombres de negro recuperaron el control del marcador y Lakovic tuvo que parar el duelo con el 35-33 a 7:43 del descanso. Con dos nuevos triples de Sylla y Mars, la ventaja de los anfitriones se disparó (41-34), pero Andrew Albicy respondió aprovechando tiros lejanos liberados (41-40). Con el choque entrando en una fase más farragosa, con técnica a Nico Brussino incluida, el Surne Bilbao Basket aprovechó su buen trabajo defensivo y un nuevo triple sobre la bocina del descanso de Mars para alcanzar el ecuador de la cita con un muy interesante 49-42 favorable a sus intereses.
SIN PIEDAD
Al regreso de vestuarios, un mate de Sylla, una gran canasta de talento individual de Gielo y cinco puntos de Dragic catapultaron a los hombres de negro hasta un magnífico 58-44 cuando quedaban 17 minutos para la finalización del choque, con Lakovic obligado de nuevo a llamar al orden a los suyos. Hasta los 17 puntos llegó la renta de los anfitriones (63-46), dibujando un panorama inmejorable. Entre John Thomasson y Caleb Homesley intentaron que los insulares no se desconectaran en el luminoso. El conjunto vizcaino también perdió durante algunos minutos su filo en ataque, sufriendo también a la hora de cerrar el rebote defensivo, pero el 69-58 a diez minutos para el final seguía siendo muy positivo.
Tras un par de tirones -quince de ventaja tras sumar de tres en tres Frey y Cazalon para un posterior 75-66 tras seis puntos seguidos de Salvó-, dos triplazos seguidos del alero francés hicieron flotar a los anfitriones hasta el 81-66 con menos de ocho minutos en el reloj que ya no tuvo vuelta atrás, porque Gielo y Abdur-Rahkman respondieron desde la línea de 6,75 a las ya débiles andanadas insulares y Miribilla volvió a disfrutar a lo grande de los compases finales de una semana satisfactoria y perfecta.