A la decimotercera llegó el primer tropiezo en esta FIBA Europe Cup para el Surne Bilbao Basket, un resultado que posiblemente le llevará a ocupar la segunda plaza del Grupo L y a jugar el partido de vuelta de los cuartos de final, para los que ya tenía billete garantizado, lejos de Miribilla. En un partido de gran intensidad y exigencia física, el conjunto vizcaino se vio superado en los compases finales por un Cholet mucho más entero y acertado que neutralizó el 65-69 a poco más de cuatro minutos del final para imponerse por un 82-75 que iguala el average particular, por lo que la primera posición se decidirá atendiendo al general, en el que los franceses cuentan con un +19, si ambos conjuntos calcan sus resultados en la última jornada, en la que los galos visitarán al Banco di Sardegna Sassari y los de Jaume Ponsarnau harán lo propio con el Le Portel. De cara a los cruces, el Casademont Zaragoza depende de sí mismo para acabar en lo más alto del Grupo K, con Tofas Bursa, su rival en casa, y Oporto opositando a ser el otro representante en cuartos.

A los hombres de negro volvió a penalizarles otro final del partido por debajo de su rival en cuanto a capacidad resolutiva, que en esta ocasión fue sobresaliente por parte del Cholet, con cuatro triples en esos cuatro minutos finales, uno de ellos de Stefan Smith desde el centro del campo con falta añadida de Melwin Pantzar en una acción muy discutida por el banquillo visitante -así como el arbitraje general por la permisividad con los anfitriones- y que hizo mucho daño a su coraza. Y pese a verse ocho puntos por debajo, llegaron a acercarse hasta el 77-75, pero un triple de TJ Campbell, otra acción en la que los anfitriones capturaron hasta tres rebotes en ataque y una mala jugada final para al menos optar al average acabó difuminando el trabajo realizado en una contienda en la que Thijs De Ridder lideró a los suyos en anotación (19), rebote (9) y trabajo incesante.

PARTIDO FÍSICO

Fueron los locales, impulsados por su enérgica afición, los que arrancaron más atinados. Intentando hacer valer su energía, suyas fueron las primeras ventajas (8-3), con los de Jaume Ponsarnau defendiéndose desde la línea de 6,75. Buscando ritmo e intensidad, se habían disputado solo cinco minutos cuando ambos técnicos habían cambiado ya la totalidad de sus quintetos, lo que en el caso de los hombres de negro significaba el debut de Bassala Bagayoko. El Cholet aprovechó sus constantes viajes a la línea de tiros libres para mantener el control de la situación, pero el Bilbao no perdió su estela para llegar con 20-18 al término de los diez primeros minutos.

Con Ponsarnau aprovechando el partido para probar distintas configuraciones, los suyos seguían aferrándose al partido pese a que en ataque su juego carecía de fluidez y acierto. Los locales comenzaron a hacer daño con el rebote ofensivo y su facturación de puntos desde la pintura les permitió ampliar su renta (33-25). Marvin Jones, con cinco puntos seguidos incluido un triple, intentó tirar de los suyos, pero los problemas cada vez eran mayores en retaguardia para parar la efusividad de Justin Briggs y compañía cerca del aro. Con los franceses adelantando líneas en defensa, el trabajo de intendencia de De Ridder fue vital para no alejarse en el retrovisor y al ecuador de la contienda se llegó con un equilibrado 40-37.

ALTOS Y BAJOS

Tras la reanudación, muy buenos minutos de Omar Silverio penetrando y saliendo al contraataque -ocho puntos en menos de seis minutos-, con al acompañamiento de Harald Frey y un buen trabajo defensivo, sirvieron para que el conjunto vizcaino le diera la vuelta al marcador (45-50), pero el Cholet recuperó la compostura con una jugada de cinco puntos muy protestada por el banquillo bilbaino -falta sobre Smith mientras McNeace se colgaba del aro, con el escolta sumando un triple nada más ponerse el balón en juego-. Los locales volvieron a subir el listón físico en ambas canastas, pero los de Ponsarnau no se amedrentaron, llegándose a los diez minutos finales con un empate a 58 puntos tras un triple desde el centro del campo sobre la bocina del tercer cuarto cortesía de Melwin Pantzar.

Con ambos equipos alternando aciertos y errores y la temperatura del choque aumentando considerablemente, Campbell quiso imponer su veteranía a favor de los locales, pero fue De Ridder, con una canasta tras rebote ofensivo y un triple, el que obligó a parar la cita al banquillo local con el 62-67 a seis minutos del final. Sin embargo, todo cambió radicalmente en apenas un minuto con un parcial de 9-0, con dos triples de Smith, siendo uno de ellos el muy dañino convertido con adicional desde el centro del campo. El 74-69 a falta de tres minutos tras tener la situación a su favor hizo daño a los hombres de negro quienes se acercaron a base de garra hasta el 77-75 pero sin pulso ni acierto para dar la voltereta ni mantener el average.