El Surne Bilbao Basket continúa sin hacer prisioneros en la FIBA Europe Cup. Todavía no ha encontrado ningún adversario que ni siquiera se acerque a su nivel de calidad, físico y capacidad competitiva y lo está aprovechando para asfaltar sin ningún sobresalto su camino hacia la siguiente ronda mientras se regala victorias inapelables, auténticas palizas. Este martes visitaba la cancha del Prievidza, el otro conjunto que permanecía invicto en el Grupo J, y le endosó una derrota por 23 puntos (61-84) sin tener que emplearse a fondo.
Los eslovacos asomaban como el contrincante mejor armado de esta primera fase continental, con un trío exterior estadounidense con cierta calidad y capacidad para fabricar puntos, pero los hombres de negro sofocaron su fogosidad desde el segundo cuarto. Les permitió diez minutos iniciales para soñar antes que la cruda realidad acabara imponiéndose.
El Prievidza vendió el choque en su web oficial como un enfrentamiento entre David y Goliat y instaba a los suyos a encontrar la honda para derribar al conjunto vizcaino. Pero el gigante fue mucho gigante y no dejó lugar para las historias con final feliz para el débil. Colocó el choque a su favor en el segundo acto después de tomarse el inicial como toma de contacto y lo destrozó sin miramientos después del descanso de la mano de un Melwin Pantzar tremendamente dañino para la retaguardia anfitriona y que anotó nueve de sus catorce puntos en el tercer cuarto.
Junto a él brillaron Rubén Domínguez, que de nuevo aprovechó los minutos continentales para ser el máximo anotador del duelo con 19 puntos, Thijs De Ridder, diferencial cuando el choque tuvo constantes vitales competitivas, y un Tryggvi Hlinason inalcanzable para sus pares. Arrolladores en la faceta reboteadora (47-28) y con un brutal 53-18 en lo que a producción de puntos desde el banquillo se refiere, Jaume Ponsarnau, con Muhammad-Ali Abdur-Rahkman elegido en esta ocasión para figurar en barbecho, repartió protagonismo y esfuerzos sin ningún problema: ninguno de sus pupilos llegó a los 22 minutos de presencia bajo los focos.
A TIRONES
Desde el salto inicial quedó clarísima la propuesta de cada equipo. Los anfitriones querían jugar al galope, sacando provecho de las muñecas de C. J. Jackson y Daishon Smith, con Keith Jordan brillando también en los cortes hacia canasta, y los visitantes tratando de imponer un juego más elaborado, intentando activar a Hlinason y De Ridder en las distancias cortas. Así las cosas, el primer cuarto se movió a tirones, con los hombres de negro amagando con poner pies en polvorosa con el 7-13 que obligó a Sasa Jankovic a pedir tiempo muerto, los eslovacos dándole la vuelta a la tortilla de manera radical con un parcial de 15-3 para el 22-16 y con Domínguez igualando las cosas con seis puntos consecutivos para llegar al final de los primeros diez minutos con un ajustado 24-22.
El Prievidza perdió alegría y filo cuando sus americanos se sentaron en el banquillo para recuperar oxígeno, pero a los hombres de negro, con poco acierto desde la larga distancia, les costó aprovecharlo para hacerse con el control del luminoso (29-28 a 4:40 del descanso). Sin embargo, con unos buenos minutos de trabajo defensivo fueron capaces de enlazar un 0-8 que cambió el ecosistema de la contienda. Con Pantzar haciendo daño con sus penetraciones, Marvin Jones imponiéndose debajo del aro y De Ridder enchufando un triple, el Surne Bilbao Basket por fin pudo alejar a su rival, alcanzando el ecuador de la contienda con un 33-42 favorable a sus intereses.
DEMARRAJE
En la reanudación, la renta de los visitantes ascendió a los dobles dígitos (33-44) antes de que ambos equipos cayeran en un profundo bache de desacierto en ataque, con empate a cuatro puntos en los primeros cinco minutos del tercer cuarto. El Prievidza amagó con regresar al encuentro con un triple de Hlivak para colocar un inquietante 40-46, pero Pantzar decidió tomar cartas en el asunto. El base sueco enlazó dos magníficas penetraciones, se ganó el derecho a viajar en tres ocasiones a la línea de tiros libres y con nueve puntos casi seguidos devolvió las aguas a su cauce, con una máxima ventaja de doce puntos que se quedó en un interesante 48-58 a diez minutos del final.
Y si podía quedar alguna duda sobre la identidad del equipo que iba a salir triunfador, ahí surgió Domínguez para borrarlas de un plumazo, primero arrancando el acto final con cinco puntos seguidos y, posteriormente, arruinando desde la distancia triple los tímidos intentos de mantenerse a flote de los eslovacos. Jankovic paró el partido con un ya muy contundente 51-68 a seis minutos y medio del final, pero no había solución. El Surne Bilbao Basket no hizo más que agrandar la brecha, Ponsarnau dio dos nuevos minutos de acción continental a Iker Chacón y el colectivo piensa ya en la exigente visita del Valencia Basket el próximo domingo en partido importantísimo de la Liga Endesa. Esa será ya otra historia.