Ibaka vuelve a vestir de blanco

Cuando Serge Ibaka jugó por primera y única vez en Bilbao el 29 de enero de 2009 tenía solo 19 años. Era su primera temporada en la Liga ACB y fue Jaume Ponsarnau el que le hizo debutar con el Manresa, que perdió ese día en La Casilla por 97-93. Pudo haber otra oportunidad para el jugador nacido en Brazzaville (18-9-1989) cuando militaba en el junior de L’Hospitalet, pero problemas burocráticos le impidieron participar en el Campeonato de España que se disputó en Barakaldo en 2007. En aquella campaña en el equipo del Bagès, que concluyó con promedios de 7,1 puntos y 4,5 rebotes, Ibaka ya mostró toda su calidad física y unas aptitudes para el baloncesto que le hicieron dar el salto a la NBA.

Los Oklahoma City Thunder, donde compartió vestuario con Kevin Durante, Russell Westbrook o James Harden, fueron el primer destino del pívot congoleño al otro lado del Atlántico, donde completó una sobresaliente carrera de quince temporadas con 1.071 partidos entre Liga regular y play-off y promedios de más de diez puntos y más de siete rebotes que tuvieron el colofón del anillo de campeón que logró con los Toronto Raptors en 2019 junto a Marc Gasol o Sergio Scariolo. Ibaka fue también dos veces máximo taponador de la competición e incluido tres veces en el mejor quinteto defensivo.

Orlando Magic, Los Angeles Clippers y Milwaukee Bucks fueron los otros destinos de un jugador que durante esa década y media también fue campeón de Europa y plata olímpica con la selección española. Ibaka tuvo que añadir recursos a su juego a medida que su prodigioso físico iba mermando para las exigencias de allí y su protagonismo fue decayendo hasta que su buen criterio le llevó a decidir el regreso a Europa.

El Bayern Munich, junto a Pablo Laso, le devolvió a la Euroliga y el Real Madrid lo ha traído de vuelta a la Liga Endesa para suplir la marcha de Vincent Poirier. Serge Ibaka ya había vestido la camiseta blanca en la campaña 2011-12. Fueron solo media docena de partidos mientras estaba en vigor el cierre patronal de la NBA que hizo que varios jugadores quisieran mantenerse activos en Europa. Su gran profesionalidad y exquisito cuidado de su cuerpo permitirán al madridista alargar unos años su carrera, aunque de momento solo ha fichado por un año para cubrirle las espaldas a Edy Tavares como cinco o, incluso, compartir cancha con el caboverdiano gracias a su capacidad para jugar de cara.

Esa versatilidad supone un recurso nuevo para el Real Madrid, que cuenta desde luego con la capacidad defensiva de Ibaka, como ya ha quedado demostrada en los dos partidos de la Euroliga, en la que los espacios a cubrir son diferentes. En la Liga Endesa también tiene que hacerse notar y el juego interior del Bilbao Basket tendrá mañana el reto de superar al congoleño, que fuera de la cancha ha podido cultivar su gusto por la gastronomía, que le hizo incluso compartir sus recetas en Youtube, y por la alta costura.