El Surne Bilbao Basket se sacó de la chistera un auténtico partidazo este domingo, probablemente el más brillante y completo de la temporada, para tumbar con absoluta contundencia (93-78) a un rival de rango Euroliga como el Valencia Basket, al que siempre tuvo a su merced gracias a un excelente trabajo de retaguardia y a un juego ofensivo dinámico y rebosante de focos de peligro que recordó a aquel conjunto sobrado de confianza y recursos del arranque del curso.

El conjunto vizcaino afrontaba un choque importantísimo para marcar diferencias con la zona de descenso, ahora a tres partidos, antes del parón competitivo y supo estar a la altura de las circunstancias. Empequeñeció al equipo de Álex Mumbrú haciéndole jugar incómodo de principio a fin, con esporádicos pero insuficientes chispazos de individualidades como Semi Ojeleye y Chris Jones, y siempre a remolque de la propuesta de Jaume Ponsarnau. Además, tuvo el aplomo necesario para no frustrarse con una actuación arbitral muy difícil de entender en lo que a la interpretación de las personales se refiere dependiendo del bando al que eran señaladas.

Los ‘hombres de negro’ cogieron el mando del luminoso desde el salto inicial y solo lo cedieron hasta la última bocina durante 32 segundos. El resto del choque fue un auténtico monólogo fundamentado en un juego de muchísimos quilates. Defendiendo con energía y dureza llegó la confianza imprescindible para soltarse la melena en ataque, con un gran 69,2% en tiros de dos puntos y un desequilibrante 44% en triples, con dianas en momentos vitales cuando el rival amagaba con revitalizarse.

Con cuatro jugadores (sensacionales Adam Smith y Sacha Killeya-Jones para coger vuelo en el luminoso, vital Melwin Pantzar cuando el Valencia Basket más apretó y brillante Kristian Kullamae protagonizando el ‘show’ final) anotando en dobles figuras y Thijs De Ridder de nuevo desequilibrante en el acto final en todo lo referente a la intendencia, esta vez ni siquiera hubo nervios en el acto final. Los de Mumbrú nunca bajaron de los diez puntos de desventaja y el disfrute fue absoluto.

ENTEREZA DEL BILBAO BASKET

El conjunto vizcaino arrancó la contienda con la clara intención de activar a Killeya-Jones en las cercanías del aro y tres canastas de su pívot le permitieron ponerse 6-1 por delante en el luminoso. Dos triples de Justin Anderson facilitaron un parcial de 0-8 para los de Mumbrú, pero el conjunto vizcaino se mantuvo entero, sin fisuras, pese a que algunas decisiones arbitrales no jugaron precisamente a su favor. Con los triples de Smith y la efusividad de los jugadores de banquillo, especialmente el desatado Pantzar, los anfitriones volvieron a enlazar notables minutos de baloncesto en ambas canastas, obligando a Mumbrú a parar el encuentro con un 23-15.

El primer cuarto se cerró con un magnífico 28-18 tras cinco puntos seguidos de Keith Hornsby. El Valencia Basket, como podía esperarse, endureció su defensa y consiguió que el ataque de los de Ponsarnau perdiera fluidez, pero en esos momentos ásperos a la hora de buscar el aro rival fue su trabajo de retaguardia el que les permitió mantener intacto su colchón. Con Mumbrú llamando de nuevo a capítulo a los suyos con el 32-22 a 6:05 del descanso, los anfitriones siguieron intensos y efectivos hasta firmar una renta máxima de catorce puntos (42-38) a 2:34 del ecuador, pero entre el desquiciante criterio arbitral a la hora de señalar la dureza de las faltas y la ausencia de acierto de Hornsby en ataque, con algunos lanzamientos precipitados, los visitantes llegaron vivos al descanso.

El 42-33 que figuraba en el luminoso seguía siendo excelente, aunque corto atendiendo a los méritos contraídos. El 22-6 en lo referente a los puntos facturados en la ‘pintura’, con los ‘taronjas’ limitados a un 33% en tiros de dos puntos, marcaba la diferencia.

RUMBO FIJO

Tras la reanudación, el Surne Bilbao Basket mantuvo su excelente trabajo defensivo, pero la capacidad resolutiva de Ojeleye y Chris Jones comenzó a ser un problema. El primer intento de estrechar márgenes (51-43) lo desactivó un excelente Killeya-Jones con tres canastas seguidas fruto de la perfecta lectura del bloqueo directo por parte de Alex Renfroe (57-45). Pero Jones empezó a anotar desde la larga distancia con demasiada soltura y por momentos el Valencia Basket parecía en disposición de equilibrar la balanza (59-53), aunque los anfitriones mantuvieron la entereza para volver a coger muchísimo aire gracias a las rachas anotadoras de Pantzar y Kullamae.

El 70-58 a diez minutos del final era un tesoro que tocaba proteger con uñas y dientes. Un triplazo de Pantzar puso en ebullición a Miribilla pues colocó el 77-62 a siete minutos del final, pero el Valencia Basket no se rindió. Lanzando constantes dos contra uno contra el manejador del balón y con Ojeleye como tabla de salvación en ataque, intentó mantenerse a flote, pero De Ridder, con rebotes y canastas de puro coraje, mantuvo el rumbo inalterable. Fue un triple de Kullamae a 3:50 del final el que certificó el éxito. El 85-72 ya no tuvo vuelta atrás y el Surne Bilbao Basket se va al parón competitivo con una sonrisa en la boca y con el descenso más lejos en su retrovisor.