“No hemos encontrado juego pero sí hemos encontrado jugadores”. Con esta frase resumía Jaume Ponsarnau la sufrida victoria cosechada el sábado por el Surne Bilbao Basket ante un Coviran Granada que en absoluto actuó sobre la cancha como un equipo que aún no conoce el éxito en la Liga Endesa. A los entrenadores les gustan los triunfos de equipo, esos que se llaman corales porque se basan en la fuerza del grupo, con todas las piezas sumando granitos de arena sin que ninguna tenga que hacer una aportación desproporcionada para lograr el objetivo final. No fue el caso. Al conjunto vizcaino le costó expresarse como colectivo y en lugar de sinfonía lo que hubo fueron tres solistas que brillaron con luz propia y que protagonizaron actuaciones magníficas para hacer posible que ese brillante balance de 4-1 figure en la hoja de servicios de los hombres de negro: Kristian Kullamae, Adam Smith y Sacha Killeya-Jones.
“Todo el partido ha sido incómodo para nosotros. No hemos podido sacar contraataques, tampoco éramos dominadores de las sensaciones en el rebote... Ellos han estado muy acertados y nosotros hemos aguantado en el partido por inspiraciones individuales. No estamos muy contentos de cómo hemos jugado. En esta liga se actúa mucho sobre las dinámicas y ellos lo han hecho sobre la nuestra. Nos ha costado encontrar juego pero sí hemos encontrado jugadores, que es lo que nos ha llevado a la victoria”, reconoció Ponsarnau tras batir al conjunto andaluz.
Ser capaz de ganar desde el colectivo es una virtud, pero también lo es disponer de jugadores capacitados para llevar el peso ofensivo del equipo cuando los engranajes grupales no están tan engrasados. Y eso es lo que ha sumado este curso el conjunto vizcaino, jugadores capaces de generarse sus propios puntos, ya sea jugando de cara al aro a partir del bote o percutiendo desde el poste bajo, y descongestionar situaciones de atasco general o poca fluidez en la circulación del balón. No solo fue que entre Kullamae (33), Smith (23) y Killeya-Jones (21) anotaran 77 de los 94 puntos totales, sino que muchos de ellos llegaron merced a acciones individuales y con un reparto de protagonismos quirúrgico. El escolta estadounidense firmó 14 puntos en el acto inicial, el estonio recogió su testigo con 19 en el segundo cuarto, el pívot surgió tras el descanso para firmar 13 en el tercero y los tres se aliaron en los decisivos y agónicos diez minutos finales para sumar 20 de los 25 del equipo, con ocho para el MVP de la jornada en la Liga Endesa y seis para cada uno de sus compañeros.
“De lo que no estamos satisfechos es de nuestro juego colectivo, pero sí que hemos encontrado a jugadores para atacar lo que nos estaban planteando, que era muy complejo”, apuntó Ponsarnau, que pese al marcado protagonismo de tres de sus jugadores dio también valor al hecho de haber utilizado a todos sus efectivos, con Thijs De Ridder activado de nuevo como solución para el último cuarto y Tomeu Rigo jugando las defensas finales, “porque el partido ha sido muy exigente desde el punto de vista de la energía y eso nos ha ayudado”.
Los ‘Euroliga’ y el Bilbao Basket
Así las cosas, el conjunto vizcaino acabó la jornada en una situación envidiable, en quinta posición en la tabla con solo los cuatro equipos de Euroliga por encima: el invicto Real Madrid y el Baskonia, el Barça y el Valencia Basket, igualados con 4-1 con los hombres de negro.