No es el mejor día para iniciar la reacción necesaria, pero también el Bilbao Basket está necesitado de victorias que marquen ese punto de inflexión de una temporada que va consumiendo jornadas sin que los hombres de negro salgan de las posiciones de descenso ni logren transmitir una imagen fiable. La situación es comprometida "y no tenemos que ocultarla, sino afrontarla y trabajar, trabajar y trabajar y seguir luchando hasta el final". Álex Mumbrú es perfectamente consciente de lo que tiene entre manos y asume la responsabilidad que le corresponde como entrenador "igual que pasa en todas partes", pero valoró ayer que en el Bilbao Basket "existe una unidad que nos distingue. Es más fácil mover una piedra entre 10.000 que entre dos y eso es lo que tenemos que mantener". "Seguro que habrá mejores entrenadores y jugadores, pero esto es lo que tenemos y con esto hay que salir adelante", añadió el técnico catalán, que también recordó que "un equipo humilde como el nuestro acusa más todo el infortunio que hemos tenido".

No hay que olvidar que el Bilbao Basket ha realizado once movimientos de mercado desde que acabó la pasada temporada y solo Jaylon Brown y Arnoldas Kulboka han podido disputar todos los partidos en la Liga Endesa. En este sentido, agradeció que, al fin, haya podido tener una buena semana de trabajo después de que todos los lesionados se han ido recuperando. "No se puede ir a un examen sin estudiar y lo que te hace crecer es el trabajo diario", dijo Mumbrú.

Ante la dificultad que entraña el duelo de hoy, "aunque para mí son todo difíciles", el entrenador del Bilbao Basket espera que esa mejoría largamente esperada se vea reflejada en la cancha con continuidad, que su equipo sea capaz de competir durante muchos minutos ante el acorazado que dirige Sarunas Jasikevicius. El horizonte está fijado en los partidos que llegan después del parón de la Copa y de las selecciones, pero no estaría de más advertir que los hombres de negro, sin la presión del resultado, son capaces de mostrar una versión que alimente la esperanza, ahora que Balvin y Hakanson, que se han perdido nueve partidos de liga cada uno, están de vuelta, aunque lejos de su mejor condición, y que solo un jugador, Miniotas, va a acudir a la cita de las ventanas FIBA.

El colmillo afilado

El Barça presumía hasta el jueves de sumar diez triunfos seguidos y no haber perdido en enero, pero el Efes cortó la racha azulgrana en la Euroliga "y será complicado que pierdan dos partidos seguidos", asumió Mumbrú. El partido va a exigir a sus jugadores "igualar su nivel físico y estar concentrados los 40 minutos". Y ni aún así hay garantías de tumbar a un gigante que no quiere perder la estela del Real Madrid y, además, está con el colmillo afilado ante la cercanía de la Copa. "Parece que nos cansamos de ganar y eso no puede pasar en un club como el Barça", avisó Jasikevicius tras la última derrota de los culés. Por ello, el objetivo desde hoy mismo no puede ser otro que "empezar una nueva racha".

En las filas azulgranas, se mantiene la baja de larga duración de Víctor Claver y es duda Álex Abrines por molestias musculares, pero el Barça cuenta con relevos suficientes en jugadores que serían titulares en la mayoría de equipos de la Liga Endesa y que esta temporada sí están teniendo participación habitual. El Bilbao Basket tendrá que mejorar sus prestaciones defensivas en términos de contundencia y posicionamiento y evitar los errores en el manejo de balón ante una defensa asfixiante para, como ocurrió en el partido de la primera vuelta, tratar de mantener el partido vivo durante muchos minutos y acabar con la sensación de que el momento en el que todas las teclas empiecen a sonar al mismo tiempo está más cerca de lo que parece.