El Bilbao Basket disputará esta noche en el Coliseum Burgos su cuarto partido en diez días. Tras batir al Fuenlabrada y a la Fortitudo Bolonia encadenando dos éxitos por primera vez en el curso y volver a la cruda realidad el domingo con la derrota ante el Unicaja, los de Álex Mumbrú visitan a uno de los conjuntos más en forma de la Liga Endesa. El Hereda San Pablo Burgos es quinto con un balance de diez victorias y cinco derrotas y en las últimas jornadas, tras haber sido una de las escuadras más afectadas por el covid-19, ha cogido velocidad de crucero con cinco éxitos en siete partidos. Su última víctima, el Joventut, al que los de Joan Peñarroya sometieron por 78-95 tras anotar 58 puntos en los dos últimos cuartos con Jasiel Rivero como puntal.

El burgalés es un equipo notablemente armado y peligroso en todas sus líneas, hasta el punto de que un jugador como Goran Huskic, de acreditada solvencia, no tenía sitio en los planes de Peñarroya y acabó cedido en Miribilla. Además, este amplio fondo de armario no ha evitado que se hayan reforzado con otro interior, el bielorruso Maksim Salash. El Burgos anota 86,7 puntos por cita, solo por detrás del Real Madrid y el Tenerife, y los reparte de manera solidaria, pues seis jugadores (Thad McFadden, Vitor Benite, Jasiel Rivero, Dejan Kravic, Alex Renfroe y Ken Horton) aportan entre 12,9 y 10,5 por comparecencia. Además, mete más de diez triples por cita, hace gala del mejor porcentaje en tiros de dos puntos de la competición (58,7%) y recupera más balones, 10,4, que ninguna otra escuadra. Peligros por todos los flancos.

Así, el reto de los hombres de negro no será sencillo. Al conjunto de Mumbrú le cuesta expresarse en su mejor versión ante rivales con más calidad y físico, por lo que hoy necesitará un rendimiento individual y colectivo muy elevado para ser competitivo. Los exteriores están obligados a mejorar en defensa ante los Renfroe, Cook, McFadden y Benite, mientras que dentro será importante ver más y mejor a Alade Aminu. En ataque, las claves son las de siempre: controlar las pérdidas y encontrar un ritmo que no convierta en espesos y agónicos sus intentos de sumar puntos.