NADIE diría que Conner Frankamp (Wichita, 6-7-1995) esconde tras su peculiar imagen un notable jugador de baloncesto. Oculta su alopecia con un peinado rubio que le hace parecer el busto de algún patricio de la antigua Roma. El jugador del UCAM Murcia, de solo 25 años, supone una amenaza mañana para el Bilbao Basket. Llegó al equipo de Sito Alonso con la vitola de máximo anotador de la Liga griega la pasada temporada y con la responsabilidad de sustituir a Askia Booker, el prolífico anotador al que se agarró el conjunto murciano para atar la salvación antes de la pandemia, y Frankamp está cumpliendo con creces en su debut en la Liga Endesa. No en vano, es el segundo máximo anotador, solo por detrás del fuenlabreño Melo Trimble, con 18,2 puntos y un destacado 40% en triples, pero además reparte más de 4 asistencias por partido.

Es decir, el base del UCAM Murcia juega y hace jugar y confirma en la cancha por qué su jugador favorito es Steve Nash, el ahora entrenador de los Brooklyn Nets. Su manejo de balón es destacado y lo mismo puede jugar el bloqueo directo con sus pivots que salir de los indirectos para generar tanto peligro como indica su procedencia, una ciudad cuyo nombre lleva a tantas películas de vaqueros y de sheriffs. Sus mayores debilidades llegan por las cuestiones físicas y aquellas relacionadas con la defensa en un físico aún por pulir para la élite.

Sus dos experiencias anteriores en Europa fueron en dos modestos destinos, el Beroe búlgaro y el Rethymno heleno, así que el desconocimiento podía generar algunas dudas, pero por ahora Frankamp se está manejando perfectamente en su primera experiencia en el más alto nivel. “La Liga Endesa es una de las competiciones más duras que hay. Lo que tengo que hacer es mejorar en defensa y ser más duro. Trabajo cada día para mejorar”, comenta tras sus primeros partidos con la camiseta pimentonera.

Tampoco debería sorprender su rendimiento ya que sus cualidades brillaron ya desde joven en su estado natal de Kansas y luego en el Mundial U17 de 2012, en el que ganó la medalla de oro y fue el máximo anotador de una selección de Estados Unidos en la que había varios jugadores que después han acabado en la NBA. De ahí, saltó a la poderosa Universidad de Kansas, pero su periplo en la NCAA no alcanzó la altura esperada. En los Jayhwks coincidió con dos posteriores Top 3 del draft como Andrew Wiggins y Joel Embiid y su escaso protagonismo y la falta de resultados del equipo le hicieron mudarse de nuevo a casa e incorporarse a los Shockers de Wichita State. Allí firmó 10,3 puntos de media en su último año, alternando los puestos de base y escolta para hacer hueco a Fred Van Vleet, campeón de la NBA con los Toronto Raptors, y Landry Shamet, ahora en Los Angeles Clippers.

BUENAS REFERENCIAS

Empezar la carrera como profesional en Bulgaria podía suponer caer en el olvido, pero Conner Frankamp recuperó el toque en esa liga humilde y sus mejores sensaciones globales en la isla de Creta y ahora en Murcia está de nuevo a su mejor nivel. “Puedo alternar las dos posiciones, pero donde más me gusta jugar es como base”, reconoce el base estadounidense, que pidió referencias a Clevin Hannah, que también estuvo en Wichita State y pasó después por el Bilbao Basket, donde jugó para Sito Alonso, y por el UCAM Murcia.

Con toda la oportuna información sobre su nuevo destino, Frankamp se mostró convencido de haber acertado y su entrenador le está dando 27 minutos por partido, libertad y el mando del equipo para que enseñe todas sus virtudes y componga una pareja de perímetro muy peligrosa con Jordan Davis, un jugador más vertical hacia el aro. “Quiero aportar capacidad de liderazgo porque lo que realmente me importa es la victoria. Da igual que meta cinco puntos o treinta”, asegura la extraña amenaza del UCAM Murcia, el base que deja claro que el baloncesto moderno tiene sitio para todo tipo de perfiles.