Bilbao - Nueve victorias en 16 partidos. ¿A qué le suena ese registro?

-Suena a felicidad. Estamos contentos con nuestro trabajo y hay que seguir en esta línea. Hemos tenido que hacer mucho para conseguir esas victorias, pero hay que lograr más.

No son números habituales para un recién ascendido. ¿Cuál es el secreto de este Bilbao Basket?

-Tenemos un grupo muy bueno de jugadores y personas. La generosidad es uno de los rasgos principales de este grupo, de nuestro ADN. Como en todas las facetas de la vida, lo más importante es el día a día, intentar hacer las cosas lo mejor posible en cada entrenamiento y trabajar duro. Te ayuda a alcanzar estos resultados.

Acumulan cuatro triunfos seguidos, pero no se les vio dudar cuando perdieron tres de manera consecutiva.

-Es que los demás equipos también luchan por lo mismo que nosotros, por conseguir victorias, y siempre te mides a rivales duros. A veces te puede salir cara, como sucedió en Murcia, y otras cruz, como en Santiago y Manresa. Lo importante es mantener siempre nuestra línea de trabajo.

Además, han vuelto a ganar fuera de casa después de un bache cuando jugaban lejos del Bilbao Arena.

-Cierto, pero para nosotros Miribilla es distinto. Jugar en casa es importante para todos, pero Miribilla tiene algo especial y distinto por la cantidad de gente que viene, el ambiente? Lo que sí nos dan los últimos triunfos fuera es un plus de confianza.

A falta de un partido para acabar la primera vuelta el Bilbao Basket depende de sí mismo para jugar la Copa, esa palabra que según ustedes no se pronuncia en el vestuario.

-Y es verdad (risas). En el vestuario nunca se hablaba de Copa. Ahora, siendo un poco realistas, sí que se habla algo de ello porque hemos conseguido victorias fuera que nos han dado el plus necesario para luchar por ello. Pero no hay nada más importante que intentar hacer un buen partido para conseguir una victoria de cara al final de temporada y al objetivo real del club. Y si cae el regalo, pues sería estupendo para la ciudad, el club y para nosotros. Pero lo vital es seguir en nuestra línea, que es la correcta.

Se pueden clasificar incluso perdiendo, pero lograrlo ganando al Barça sería ya el no va más.

-Ganar en el Palau ya sería importante, pero clasificarnos además para la Copa siendo un recién ascendido sería muy bonito. Pero hay que pensar más en ganar para acercarnos a nuestra meta final del curso que para algo más cercano que, entre comillas, nosotros no estamos llamados a jugar.

El Barça parece un equipo All Star?

-¡Qué te voy a decir yo! Es un equipazo. Da igual que jueguen dos competiciones porque siempre están a muy alto nivel. Tienen jugadores de rotación que serían titulares en cualquier equipo y todavía son más fuertes en casa porque seguro que querrán ganar para mantenerse arriba.

Es la pieza de Euroliga que falta en la colección tras ganar ya a Real Madrid, Baskonia y Valencia Basket.

-Bueno, pero en esos tres partidos tuvimos el factor Miribilla a nuestro favor. Tumbar a los cuatro equipos de Euroliga en una vuelta sería bonito, pero todavía queda toda la segunda, que será muy importante.

Con estos nueve triunfos, ¿hay que mantener las mismas metas o buscar otras más ambiciosas?

-Primero hay que conseguir matemáticamente los objetivos. Si te fijas en otras temporadas, hay equipos que hacen muy buenas primeras vueltas y luego tienden a relajarse e incluso llegan a perder ocho o diez partidos seguidos. Hay que seguir a este nivel y será nuestro trabajo diario el que nos ponga en el sitio que merezcamos.

¿Qué balance realiza de esta primera vuelta en el capítulo personal?

-Me he visto bien. He intentado ser constante en mi trabajo y en mi juego. Hay días que cuesta más que otros, pero hay que asumir esos momentos malos y memorizar los buenos para saber qué cosas debes hacer. Siempre le doy importancia a mi evolución como jugador y creo que lo estoy haciendo de manera constante.

Había jugado minutos en la ACB con el Tenerife en campañas anteriores, pero este curso está consolidado en la rotación con más de 15 minutos de media. ¿Nota la confianza?

-Es lo que buscaba cuando decidí venir al Bilbao Basket y dar el salto a la ACB. Ellos también me transmitieron su confianza y yo he intentado devolverla con trabajo y con el mejor juego posible. Estoy muy contento, soy muy exigente conmigo mismo y cada vez lo seré más. Estoy aquí para aportar lo mejor de mí al equipo.

La segunda unidad del Bilbao Basket, de la que usted es parte, está dando mucho que hablar.

-Nosotros, como bloque, debemos tener un juego muy ordenado, apoyarnos mucho los unos a los otros y tener claro cada uno nuestra función. Todo eso parte del trabajo del día a día. Somos doce jugadores y todos aportamos siempre algo. Muchas veces se juzgan las cosas por lo que ocurre el día del partido, pero de lunes a viernes se trabaja mucho y eso también es importante aunque las cosas no salgan el fin de semana.

¿Qué tal ha ido la adaptación a la ciudad y al vestuario?

-Muy bien. Bilbao me impresionó cuando vine con el Ourense a la última Final Four. Es una ciudad que aunque llueva o haga mucho frío la gente sigue haciendo vida con ello, siempre hay ambiente y muchas cosas para hacer (risas). Aquí estoy muy cómodo y contento. Y sobre el vestuario, que esté formado por buenas personas es una de las razones por las que estamos donde estamos.