Cada vez más personas recurren a ChatGPT -el chatbot conversacional de inteligencia artificial (IA) de OpenAI- para resolver cualquier tipo de duda. Entre las consultas más frecuentes y polémicas se encuentra el terreno de la nutrición: desde crear dietas para perder peso hasta diseñar menús semanales saludables. Tal y como recuerda Maldita.es, en TikTok se han hecho virales vídeos de usuarias que aseguran que ChatGPT es su "nueva nutricionista" o muestran la "dieta para bajar de peso" generada por la herramienta.
El procedimiento es simple: basta con pedirle al chatbot que prepare un menú bajo en calorías o que diseñe una tabla semanal de comidas. Incluso se le puede solicitar que elimine alimentos concretos o que aporte recetas. La IA responde en segundos, pero lo más rápido no siempre es lo más seguro.
Riesgos de un dietista IA
Expertos consultados por Maldita.es advierten de los riesgos de confiar en sistemas de IA para algo tan delicado como la alimentación. Señalan que ChatGPT puede ofrecer información errónea, desactualizada y sin tener en cuenta factores personales clave como el peso, el estrés, intolerancias alimentarias, patologías previas o el estilo de vida de cada persona.
Un ejemplo extremo ilustra este problema: recientemente, un hombre de 60 años ha terminado ingresado de urgencia tras seguir durante tres meses una indicación de ChatGPT. El chatbot le sugirió sustituir la sal común por bromuro de sodio, lo que derivó en una intoxicación crónica.
Más allá de los riesgos médicos, el uso de chatbots para diseñar dietas puede fomentar una mala relación con la comida y aumentar la probabilidad de desarrollar Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA).
Qué dietas propone ChatGPT
Si se solicita a ChatGPT un menú bajo en calorías, el sistema genera una tabla aparentemente coherente con desayunos, comidas y cenas equilibradas. En apariencia puede resultar útil, pero según especialistas entrevistados por Maldita.es, el chatbot no pregunta por alergias, patologías o necesidades nutricionales concretas, lo que lo convierte en un recurso genérico que nunca puede sustituir a un profesional sanitario.
Alejandra Benito, dietista-nutricionista y colaboradora de Maldita.es, señala que el chatbot "puede calcular proteínas, dar ideas de comidas o recetas, pero no puede ofrecer un tratamiento nutricional". Además, no tiene la capacidad de acompañar emocional y psicológicamente al paciente, algo esencial para fomentar una relación sana con la comida.
La IA nunca sustituirá al nutricionista
Muchos usuarios creen que, con ChatGPT, se pueden ahorrar consultas profesionales. En TikTok proliferan mensajes como "ChatGPT es mi nuevo nutricionista" o "adiós a los dietistas", pero, según los expertos, esta idea es peligrosa.
Benito señala a Maldita.es que "si la IA es capaz de sustituir tu trabajo como nutricionista, es porque probablemente te estás quedando corto en la intervención". Un nutricionista no solo calcula calorías: evalúa el estado físico, emocional y mental de la persona, escucha sus necesidades, adapta las pautas a sus gustos y patologías, y acompaña en el proceso de cambio, algo que nunca podrá hace un chatbot.
Además, Benito recuerda que el concepto de "alimentación saludable" no se refiere solo a comer sano, sino también a no caer en la culpa o el estrés por no seguir una dieta estricta.
IA, dietas y riesgos añadidos
El riesgo de utilizar la IA sin supervisión profesional aumenta en situaciones complejas, como en personas con diabetes. En estos casos, advierte Benito en Maldita.es, es prácticamente imposible que un chatbot tenga en cuenta todos los factores que influyen en la regulación de la glucosa.
Verónica Bolón, experta en IA, señala a Maldita.es que "estos modelos han aprendido a imitar cómo suelen presentarse las dietas, pero no cuentan con reglas que les permitan excluir de forma sistemática alimentos peligrosos, como el gluten para un celíaco o la lactosa para un intolerante".
Además, Maldita.es recuerda que internet está repleto de modas alimentarias sin evidencia científica: desde batidos detox hasta dietas milagrosas o planes de alimentación excesivamente restrictivos, por lo que el riesgo de que IA incorpore información de dudosa calidad es elevado.
Por todo ello, Benito señala que la IA "puede ser una ayuda para el trabajo, pero no reemplaza la consulta profesional", de forma que puede aportar ideas, pero nuestra salud no puede quedar nunca en manos de un chatbot.