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Hugo González empieza a escribir su nombre en la NBA

El alero Hugo González está siendo una de las sensaciones de la liga norteamericana y cada vez va ganando más protagonismo en un equipo campeón

Hugo González empieza a escribir su nombre en la NBAEP

El madrileño Hugo González está causando sensación en la mayor liga de baloncesto del planeta, la NBA. Tras un arranque discreto con los Celtics —entendible por su falta de experiencia—, el alero de 1,98 está ganando cada vez más protagonismo en uno de los equipos más importantes del campeonato estadounidense.

El Real Madrid de baloncesto tiene una especial habilidad para moldear talentos que luego emigran hacia Estados Unidos. El caso de Hugo recuerda al de Luka Doncic, aunque en mucha menor medida. Ambos comparten ese gen competitivo de Valdebebas, pero hasta ahí llegan los parecidos. Mientras el esloveno cruzó el charco siendo ya el dueño de la Euroliga, el camino de Hugo ha sido más terrenal, de pico y pala. No llegó a Estados Unidos con el cartel de salvador, sino con el de currante.

La noche del Draft de 2025 no fue precisamente un camino de rosas para él. Hugo llegaba con la etiqueta de potencial 'lottery pick' (top 14), pero a la hora de la verdad, su nombre tardó en salir mucho más de lo previsto. Empezó a ver cómo no aparecía en la tabla porque los equipos elegían perfiles más seguros. Esto se debe a que una de sus debilidades es el tiro exterior, y la NBA está cada vez más obsesionada con perfiles de jugadores que les garanticen muchos puntos de tres.

No obstante, aparecieron los Celtics en el puesto 28 para pescar en río revuelto. Brad Stevens (presidente de operaciones del club) vio la oportunidad de mercado clara: llevarse a un talento de primera ronda a precio de saldo. Boston no necesitaba a alguien que metiera 20 puntos —ya tienen a Tatum y Brown para eso—, necesitaba piernas frescas y hambre. Al final, esa caída en el Draft fue una bendición encubierta: en lugar de ir a un equipo perdedor para tirar mandarinas, aterrizó en un equipo campeón con un rol hecho a su medida.

Números discretos pero eficaces

Si nos vamos a la hoja de estadísticas, sus números promedios pueden parecer modestos: 4,2 puntos, 3,8 rebotes y 0,9 robos en apenas 14,5 minutos de media por noche. Sin embargo, el contexto lo es todo. Para un novato elegido a finales de primera ronda que aterriza en una franquicia estrella, estar en pista casi un cuarto de hora por partido es una barbaridad. Su eficiencia cerca del aro es notable, firmando un 58% en tiros de dos, fruto de su inteligencia para cortar hacia canasta y finalizar al contraataque, evitando forzar situaciones de uno contra uno que todavía no domina.

La tendencia, además, es claramente ascendente en este mes de diciembre. Si aislamos los últimos diez partidos, sus minutos han crecido hasta los 19,2 por noche, y su producción ha subido a 6,5 puntos y 5,5 rebotes, culminando con el gran doble-doble en Toronto.

Precisamente este último partido es donde Hugo ha hecho su graduación en la NBA. Firmar un doble-doble de 10 puntos y 10 rebotes ya es meritorio para un novato, pero hacerlo registrando un obsceno +37 en el diferencial de puntos —el dato más alto de los dos equipos— es una salvajada estadística que explica, por sí sola, por qué los Celtics ganaron un encuentro que se les había complicado.

La jugada que definió su actuación y que ya circula por todos medios que cubren la NBA, no fue un triple, sino una secuencia puramente física en el tercer cuarto. Con el marcador apretado, Hugo aguantó el uno contra uno a Scottie Barnes (la estrella de los Raptors), le arrancó el balón de las manos en la ayuda y cruzó la pista en tres zancadas para terminar machacando a dos manos.

Al terminar el encuentro, la imagen en el vestuario valió más que mil palabras: Jayson Tatum entregándole el balón del partido delante de todos. Ese gesto, en los códigos no escritos de la NBA, es la validación definitiva. Fue la confirmación de que los veteranos ya no le ven como el 'chico nuevo' que viene de Europa, sino como uno de los suyos.

El renacer de la 'ÑBA'

Históricamente, la liga de baloncesto estadounidense nunca ha sido el mejor terreno para los deportistas españoles. Destaca, por supuesto el nombre de Pau Gasol, con dos anillos y miembro del 'Hall of Fame' de la NBA. A su estela, Marc Gasol también tocó la gloria con los Raptors. Pero fuera de la tiranía de los hermanos de Sant Boi y de la solidez de clásicos como José Manuel Calderón o Ricky Rubio, la realidad es que asentarse en la élite física de la liga ha sido una tarea titánica para la inmensa mayoría. Y si ponemos la lupa concretamente en Massachusetts, el reto se multiplica: los Boston Celtics han sido tradicionalmente un territorio hostil, casi inexplorado, para los jugadores españoles.

Hasta la fecha, la franquicia del trébol se resistía al talento español, con pasos fugaces y poco memorables como el de Juancho Hernangómez. Es ahí donde la irrupción de Hugo cobra un valor doble: no solo está sobreviviendo en la liga, sino que está rompiendo el particular 'maleficio' verde, demostrando que un exterior español puede ser pieza clave en la rotación del equipo más laureado de la historia sin necesidad de ser un prodigio ofensivo.

Sin embargo, hay que tener los pies en el suelo con él. El 'Rookie del Año', galardón que el mayor de los Gasol ganó, por cierto, parece casi imposible. Nombres como el de Cooper Flagg, el número uno del draft que está acaparando todos los focos y balones en su equipo, juegan en otra liga estadística con la que Hugo no puede ni debe competir.

Toda una temporada por delante para Hugo González en un equipo en el que se empieza a sentir importante, y que sin duda alguna es uno de los serios candidatos al título, donde Oklahoma City Thunder parte como principal favorito.